SEVILLA FC Truculento final de la Junta General de Accionistas del Sevilla

FESTIVOS Estos son los centros comerciales de Sevilla que abren este puente de diciembre

Aquí, ¿quién piensa?

¿Es rentable pensar, políticamente hablando? ¿Estamos dispuestos a escuchar un modelo que nos aúne a todos?

Nos lo preguntó a bocajarro el compañero de este diario, Miguel Lasida, en una mesa redonda el jueves. Nuestro impagable Serrallé nos había convocado en la Casa de los Poetas -a dos venerables periodistas culturales de Madrid y Barcelona y al equipo local, yo misma- para hablar de la ciudad como lugar de creación. Andurreando por las ramas los intervinientes, el periodista (y licenciado en Farmacia, qué practico, diantres) nos atajó con esa simple pregunta: ¿Aquí quién piensa? Y nos dejó, ustedes me lo permitan, con el trasero completamente al aire. Diríase que, mirando a la ciudad que somos, pensar, lo que se dice pensar, pensamos mucho y muchos. Todos, prácticamente. Pocas ciudades tienen quien le escriba como Sevilla. En cada sevillano habita un cronista local, amén de los letraheridos que la glosan y los que ejercen el sevillaneo, que según Antonio Cascales no es lo mismo que el sevillanato. Cosas de este publicista y escritor genial, que se le entiende aunque se haya inventado un palabro.

Es obvio que Lasida no se refería a quienes se entretienen forjando teorías -algunas verdaderas joyas de la literatura- sobre la ciudad ensimismada, la destronada, la duplicada y otras variantes. Quería saber si hay un modelo, un proyecto de ciudad que tenga puestas las luces largas, que se anticipe a los imponderables, que prevea gracias y desgracias de este año Uno Pos-Pandemia. La ciudad como concepto es multifuncional: es nuestro modo de civilización, nuestra manera de convivir y como dijo el siempre lúcido Llatzer Moix, el embrión de la voluntad de convivir y hacerlo en igualdad. Aunque no es menos cierto que hay muchos modelos urbanos, desde el mediterráneo que nos llama a ocupar calles y plazas (hijo de la cultura romana con su poco de zoco) a ese que nos exige circular en vehículo, habitar superficies comerciales bajo techo y fragmentarnos en celdas tipo panal. Y que ambos conviven hoy y al mismo tiempo. Lo hacen a lo bestia en megalópolis como México DF, Pekín o Delhi, y moderadamente, en el formato mediano como es Sevilla o lo son Estocolmo, Amsterdam o Turín. Quien aspira a gobernar la ciudad seguro que la piensa, nos los cuentan en su programa electoral. A las universidades, la reflexión se les supone, como el honor a los ejércitos, aunque se acuda poco a sus diagnósticos. Porque ¿hacemos caso? ¿Es rentable pensar, políticamente hablando? ¿Estamos dispuestos a escuchar un modelo global que nos aúne a todos, o lo que reclamamos es qué hay de lo mío, sin que importe mucho cómo le va al vecino? Y reconozcámoslo, vivimos tiempos veloces, ávidos de inmediatez, clamorosamente impacientes. Te respondo Miguel: aquí mandan dos figuras de género- que no de sexo- femenino: la Urgencia y la Necesidad. Ellas, más que pensar, deciden.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios