Una plaza que pide más cuidados

07 de marzo 2019 - 02:31

Estamos en el corazón de una de las innumerables postales que personalizan a esta ciudad única, un rincón intimista que ya mismo estará colmado de la flor del naranjo, pero que se ha ido degradando a causa del abandono hasta convertirse en un nauseabundo muladar. Se trata de la plaza Doña Teresa Enríquez, la que le guarda las espaldas a la parroquia de San Vicente, rectángulo delimitado por casas solariegas, la trasera de la iglesia y las calles Miguel Cid y San Vicente. Urge un lavado a conciencia para quitarle la mucha mugre acumulada alrededor de unos inoportunos contenedores de basura y por las defecaciones de indigentes que la han adoptado como dormitorio. Si en ese gran parque temático que es hoy Sevilla existe un rincón que pide la debida protección, éste es uno de ellos, uno de los que más merecen la pena, conque manos a la obra, por favor.

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