Segundo lunes de mayo y esta ventana se abre hoy de forma originalísima, nada más y nada menos que para referirse a algo que pasa desapercibido. Como resulta que casi nadie habla de la pandemia y de ese estado de alarma ya abolido, pues pongámonos a la tarea de recordarle cómo ha reaccionado la ciudadanía a la supresión del toque de queda y la vuelta de la barra libre a los horarios hosteleros. Y así nos encontramos con las aglomeraciones en la Alameda o el Salvador, con las bullas en la Alfalfa o el Pumarejo y los desmanes en ese territorio comanche que es la Cartuja. Y por si usted tampoco se enteró de lo que pasa en la Buhaira y zonas limítrofes con esas guerrillas entre canis y pijos, pues aquí está el tío para decírselo, que nunca es tarde si la cosa lo merece. Ay si no fuese por esta atalaya cómo iba usted a saber lo que pasa. Niño, marchando el modo ironía.