¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Ussía, el último acto del “otro 27”
Cada vez comienza con mayor antelación el combate electoral. Pareciera que las legislaturas y mandatos fueran unas temporadas de interregno, un mal menor de la partitocracia, que comienza a entonar su “¡a leuro, a leuro!” y su “estamos que lo regalamos, ñora”, como un mercader de descampado y fragoneta dominical. O, ya con estudios y afanes chamánicos, un conferenciante de autoayuda profesional, que asegurará a su audiencia o lectores que “lo importante es el proceso, no la meta”. Las campañas electorales reinan y se estiran como el chicle.
Dicen que dijo Maquiavelo que “el fin justifica los medios”, quedando el florentino como un político español del siglo XXI, sin comerlo ni beberlo. Sí dijo McLuhan aquello de que “el medio es el fin”, y tal cosa contiene una enjundia muy contemporánea. Por ejemplo, que la forma en que se comunica el mensaje es tan influyente como su contenido, sea en modo “¡a leuro!, ¡a leuro!” del gitano con megáfono de manifa, o sustanciado en Palacio de Exposiciones en un sentimentaloide y amerengado mitin de exaltación de la fraternidad de conmilitones que se darían un estacazo por la espalda en caso de necesidad, en un contubernio intrapartido. Lo de Mcluhan tiene más peluseo: el contenido es secundario; esto es, puedes prometer la luna que, si lo dices con la seducción adecuada, cuela, sobre todo si los receptores de la trola están abiertos de orejas y les palpita la tribu.
Turull, socio catalán antiespañol del Gobierno español, se ha erigido en un Sazatornil hecho Catalunya expoliada refiriéndose a Rafaela Aparicio, hecha criada andaluza: “El perro y el gimnasio de los andaluces los costearán los impuestos de los catalanes” (un dato: este profesor y plumilla andaluz que les escribe paga bastante más IRPF que el catalán medio). Estamos ante la resurrección del expoli. Peor es que el cursilón de Turull tira porque le toca, saltando como la Oca entre elecciones. Antes, tiró el presidente andaluz su oportunista plomada de demagogia electoral fuera de periodo de campaña de los comicios autonómicos de 2026: el gimnasio y la mascota deducirán en “la renta” en Andalucía. Ocurrente es, desde luego. Moreno echa sus palangres en nuevos caladeros de boquerones, pijotas y bacaladillas. A “leuro”.
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