Luis Carlos Peris

Como suele pasar, los tiros al entrenador

Desde mi córner

01 de septiembre 2015 - 01:00

INNUMERABLES dudas, unas más razonables que otras, dejó la segunda jornada de la Liga según Sevilla. Y como suele ocurrir tras lances tan negativos, las figuras de los entrenadores acaba salpicada. El fútbol suele vivir mucho de los impulsos viscerales y lo que los aficionados solucionan en la barra del bar, en los medios también la pizarra suele ser culpabilizada de estos contratiempos que tan malos cuerpos dejan a su paso.

Nunca fui especialmente crítico con el entrenador, sobre todo porque en la pizarra se gana siempre y en el campo bastante menos. Y en el caso que nos ocupa, tampoco. Por ejemplo, Unai Emery es un técnico que suele ganar bastante más que pierde y no es cosa de atacarle por el mero hecho de haber caído ante un equipo bastante mejor. En cuanto a Pepe Mel, creo que debe ser el técnico del Betis hasta que las cosas se pongan decididamente irremediables.

Si los ataques a Unai son incomprensibles tras observar su hoja de servicio y sus números, incuestionables sin duda, los que sufre Mel no son de recibo a estas alturas de la temporada. Y no sólo no son lógicos, sino que da la impresión de que su figura se utiliza torticeramente por personajes de dudosa credibilidad e indudable incuria futbolísica y también de la vida misma. En la goleada del sábado, su cuota de culpabilidad debería ser alícuota y por ningún motivo exclusiva.

Quizá la alineación en el Bernabéu sonase a rarita, pero tampoco es una tontería allí taponar las bandas. Sí tengo una objeción y es la falta de sincronización del sistema defensivo, causantes de unos agujeros en la línea de flotación por los que tiembla el misterio. A Unai, poco que objetarle por mucho que se cuestione la titularidad de Beto o la muy precipitada de un Llorente con sólo dos entrenamientos a sus órdenes. Pero la verdad es que esto no ha hecho más que empezar y...

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