LOS dirigentes del fracturado PSOE han adaptado el "que inventen ellos" de Don Miguel al "¡que voten ellos!" para declinar su responsabilidad y evitar la fractura interna en el asunto sin salida del pacto con Podemos. Negándose a hablar con el PP, el PSOE ha dado la llave de la gobernabilidad a sus bases a la vez que ha convertido a Pablo Iglesias en el árbitro de la cuestión. Cualquier solución es mala para los socialistas: si pactan con Podemos, dándole la vicepresidencia y las carteras ministeriales, serán devorados poco a poco, como si fueran uno de esos insectos presos en la tela que, paralizados por el veneno de la araña, son lentamente deglutidos. Si optan por repetir las elecciones es muy posible que Podemos se los zampe de un solo bocado, como un camaleón a una mosca, y se produzca el sorpasso que los comunistas nunca lograron hasta disfrazarse de podemitas.

A fecha de hoy el PSOE dice que ni tan siquiera se abstendrá para que el PP gobierne en minoría, por ser el partido más votado, con el apoyo de Ciudadanos. Al PP no dejan de estallarle bajo los pies las minas de escándalos de corrupción que él mismo ha sembrado durante años, lo que facilita el no de Sánchez; a la vez que dice -entre un ¡pim!, un ¡pam! y un ¡pum! de tracas de escándalos valencianos- que no acepta ningún pacto que no esté liderado por Rajoy. Podemos dice que votará no a un Gobierno formado por Sánchez y Ciudadanos. Y se ha vuelto a poner chulo con Sánchez -¡qué tragaderas las de don Pedro!- recordándole, tras su turno de vista al Rey, su "generosidad a la hora de apoyar su candidatura a la Presidencia del Gobierno ya que Podemos e IU superan en votos al PSOE". Generosidad, claro, recompensada con la vicepresidencia y las más importantes carteras ministeriales. Lo que equivale a decir que el poder de Sánchez tendrá una naturaleza Real: presidirá pero no gobernará.

Así las cosas, digámoslo el día en que el juez imputa a todos -¡todos!- los concejales del PP por Valencia, que los ciudadanos estamos pagando muy caro los escándalos de corrupción. Porque sin los que han afectado al PP y al PSOE el primero no habría perdido tres millones de votos, el segundo no habría obtenido los peores resultados de su historia y los podemitas no habrían obtenido los resultados que la indignación y el cabreo les han dado. Ya lo dije el otro día: en dinero robado y desgobierno hemos pagado dos veces la corrupción.