El impacto de la pandemia ha hecho que el Producto Interior Bruto de Alemania cayera un 10% durante el segundo trimestre del año (abril a junio). ¡Qué bruto! En Estados Unidos la caída fue del 9,5%. El dato de España se conoció ayer: el 18,5%. Repitamos una vez más que la covid-19 ha afectado a casi todo el mundo, pero a unos más que a otros.

Posiblemente un gobierno de Pablo Casado hubiera gestionado esta catástrofe igual o peor de lo que lo está haciendo el de Pedro Sánchez -eso nunca lo sabremos-, pero lo indiscutible es que la respuesta social a sus fallos habría sido radicalmente diferente. Pedro no sólo es un monstruo en la adaptación a las circunstancias, la conversión de cada problema en una oportunidad, la máxima flexibilidad ideológica y la total ausencia de escrúpulos éticos y políticos. También lo es en la construcción del relato.

Se ampara para ello en una autoconcedida superioridad moral sobre las demás opciones políticas y se las apaña como nadie para inocular en el imaginario colectivo la idea, más bien metafísica, de que sólo la izquierda puede gobernar en interés de la mayoría mientras que la derecha está condenada a ser rehén de intereses particulares (los de los ricos), que la realidad social y el mundo en general son en blanco y negro y que si los buenos, solidarios, humanitarios, progresistas e inclusivos hacen daño y toman medidas impopulares es porque no tienen más remedio y, en todo caso, los malos lo harían todavía peor.

¿Se imaginan que el coronavirus y sus consecuencias le pilla a Pablo Casado como presidente del Gobierno? ¿Se imaginan la que se habría liado con tan sólo saberse ese dato de que el PIB se ha contraído un 18,5%, el doble que en Alemania y EEUU? ¿Se imaginan la que habrían organizado los sindicatos tras conocerse que en ese mismo período se destruyeron en España un millón cien mil puestos de trabajo? ¿Cuánto tiempo habrían tardado Sordo y Álvarez en convocar la huelga general contra la derecha inútil y reaccionaria instalada en la Moncloa gracias a los votos de la ultraderecha? ¿Se les pasa siquiera por la cabeza que un Gobierno Casado recibiera la adhesión del grupo parlamentario socialista para su gestión de la crisis, la unidad en torno a su política y la aprobación de los Presupuestos?

Pero el acoso a un Pablo Casado lidiando con el virus desde Moncloa sería por tierra, mar y aire. En la tribuna y la calle, en los medios y las redes sociales. Mañana lo vemos, si es que les interesa.