Siglo XXI: cámara rápida. Libros más cortos, digestos, el formato chico. La comunicación, resumida a interjecciones y monosílabos. La información, instantánea. No nos importa si es verídica o no, sólo nos la creemos. Estamos dejando de cuestionarnos todo. Eso es lo que prima en nuestra sociedad: dejar de pensar, dejarnos arrastrar y abandonar nuestra propia persona. Parece que estudiar, aprender y pensar cada vez está peor visto, y que diferir de los demás es algo que no gusta. Las masas nos abruman y las mayorías nos subordinan, y es paradójico que para lograr cambiar esto se precise de un pensamiento colectivo. Lo triste es que muchas personas responsables del bien común crean que la sociedad ha de seguir como está.