La Asamblea Nacional Catalana (ANC) estima que para la defensa de Cataluña le harían falta 3.000 millones anuales en gastos militares. Extrapolando esas necesidades al resto de las autonomías, el presupuesto nacional alcanzaría el 2% del PIB, que es el mínimo que exige la OTAN.

También Pedro Sánchez, en la cumbre de la OTAN de 2018 y en la Directiva de Defensa Nacional de 2020, se comprometió a llegar a ese índice. Ayudarían a ello los 13.000 millones de los primeros Presupuestos de Defensa de Europa 2021-27 y con ello se revitalizarían el empleo, la I+D y la economía nacional en estos tiempos de recesión dada la alta capacitación de las empresas españolas del sector.

Sabido es que la aprobación de los presupuestos depende de los partidos independentistas catalanes, por lo que parecería seguro que el Ministerio de Defensa podría disponer, ¡por fin!, de unos recursos económicos adecuados. Inconvenientes: que los independentistas quieren contar con ese nivel de seguridad sólo para ellos y que Pedro Sánchez siempre miente.