Los accidentes laborales constituyen un tema de actualidad permanente. Con frecuencia, los medios de comunicación nos ofrecen noticias acerca de la muerte de algún trabajador durante su estancia en el tajo, accidentes que se achacaban en un principio a un fallo humano primario o a un fallo de la máquina, también primario. Pero estudios posteriores han determinado que las causas por las que un accidente se produce son más complejas y que en ellas influyen tanto el estado físico y psíquico del trabajador como las condiciones del puesto de trabajo.

El mayor porcentaje de accidentes laborales se da en los sectores de la construcción, la agricultura, la fabricación del metal, la alimentación, la pesca, el comercio al por menor, la industria de la madera, etcétera. Por ello, no se debiera descuidar el papel básico que juega la prevención, siendo los primeros años de enseñanza prioritarios para lograr en un futuro trabajadores concienciados con su trabajo. Y en ello, la información y la formación en materia de Prevención de Riesgos Laborales son fundamentales, pues hablamos de una persona que se desarrolla como persona y como trabajador.

Naturalmente, esa información y formación debe ir acompañada de la participación de las empresas, sindicatos, trabajadores y de la Administración, sin cuyo concurso de nada valdría el esfuerzo realizado.