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Tribuna

Antonio Fajardo de la Fuente

Asociación Parque Vivo del Guadaira

La avenida de la Palmera: un paseo arbolado amenazado

El autor destaca que en los últimos 15 años se ha perdido el 28% de la superficie cubierta de árboles de la avenida de la Palmera, según el informe de la entidad Parque Vivo del Guadaira

La parcela sin árboles de la avenida de la Palmera 38.

La parcela sin árboles de la avenida de la Palmera 38. / Juan Carlos Muñoz

Construida como puerta sur de la ciudad, ligada a la expansión del Puerto y a la Exposición Iberoamericana de 1929, el paseo de la Palmera ha visto los últimos años decaer su condición por la alteración de los principales elementos que le dan valor: el arbolado y una tipología de ciudad-jardín característica.

Para poder señalar con datos la intensidad del deterioro producido la asociación Parque Vivo del Guadaira ha realizado un informe que pone el foco en la situación del arbolado público y privado. El informe destaca que el paseo tiene una doble riqueza vegetal y paisajística; en el ámbito público destaca una sencilla composición arbolada protagonizada por dos alineaciones de palmeras datileras, naranjos y robinias.

En el ámbito privado los jardines contiguos al Paseo de la Palmera tienen un triple fin: el disfrute de los propietarios, la ostentación y la defensa de su intimidad, destacando especialmente por la singularidad de las especies y porte de un arbolado maduro. El arbolado privado supone uno de los elementos que contribuyen de forma decisiva a configurar los valores paisajísticos y patrimoniales del paseo de la Palmera.

En los últimos años se ha observado un notable deterioro, que se ha acusado en los tres últimos años y que tiene una triple causa: la sustitución de los usos residenciales por los terciarios. Los jardines son usados ahora como aparcamientos y la tipología de vivienda unifamiliar es sustituida por nuevas edificaciones que ocupan parte de los jardines.

En segundo lugar, las sucesivas corporaciones municipales han sido muy poco sensibles con el arbolado público: apenas han repuesto los ejemplares que por circunstancias naturales o por otras causas iban desapareciendo. Por último, el aumento de tráfico deteriora la calidad del aire, provoca contaminación acústica y fortalece el efecto de barrera de la calzada.

El análisis realizado de la evolución del arbolado privado ha aportado datos muy significativos, ya que se ha perdido en los últimos 15 años el 28% de la superficie cubierta. Las mayores pérdidas se han sucedido en los tres últimos años en parcelas donde se han implantando residencias universitarias que han supuesto un daño paisajístico y ambiental notable.

La finca La Palmera 38 es el último capítulo de este proceso. En noviembre de 2021 se apeó todo arbolado existente: 44 ejemplares, que cubrían el 24% de la parcela. Numerosas asociaciones y particulares se habían dirigido al Ayuntamiento solicitando la revocación de licencia y en el último pleno del Ayuntamiento de Sevilla del pasado 27 de enero, la Asociación Parque Vivo del Guadaira preguntó al Delegado sobre el cumplimiento de las normativa de protección del arbolado. Su respuesta inconcreta no nos tranquilizó, confirmando nuestros temores las manifestaciones de un exgerente de Urbanismo (debate sobre la Palmera en un medio radiofónico local de 1 de febrero 2022) sobre que la normativa de protección del arbolado no era considerada en los informes técnicos y, por tanto, se incumplen.

Consideramos concretamente que es el caso de los siguientes preceptos del PGOU: el que exige licencia expresa para los apeos, la redacción de un Estudio de Detalle donde se van a apear árboles de gran porte o masas arboladas, el proyecto para garantizar el mantenimiento del 75% de la cobertura arbórea existente, y la plantación de 5 ejemplares por cada ejemplar eliminado. Ante el caso de duda por contradicciones entre las determinaciones del PGOU, éste señala que prevalecerán las determinaciones que protejan el interés público, la protección de los valores naturales y la no alteración de la realidad física.

Respecto a la situación del arbolado en el espacio público, también se ha observado en los últimos 20 años un notable deterioro de éste y del escaso mobiliario urbano existente. Por ejemplo, en el verano de 2013 se apearon cerca de 150 robinias y naranjos y no se repusieron ninguno de estos ejemplares, y como consecuencia La Palmera es cada vez más hostil y ha perdido su condición de paseo amable.

Hubo que esperar a diciembre de 2020 para que el Ayuntamiento tomase la iniciativa y realizara una primera plantación significativa. Aun así hemos realizado un inventario del arbolado existente y queda mucha tarea después del largo periodo de abandono: se han identificado 233 marras, el 29,4% del total del arbolado que debería existir.

El nuevo alcalde tiene la oportunidad de revertir el proceso de deterioro y abandono de La Palmera, para que ésta vuelva a ser un paseo, amable para peatones y ciclistas. Y su decisión la puede marcar un significativo hito: revocar la licencia de Palmera 38 (en la foto) aplicando la normativa de protección del arbolado incumplida antes de que las obras en curso avancen, y evitar un proceso judicial que si es desfavorable a los intereses municipales puede convertirse en un caso como el de la Biblioteca Universitaria del Prado.

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