Hay quien une esta ruta a la del Arroyo de las Cañas, de hecho cuentan con parte de su trazado en común. Si bien, en esta guía vamos a ir sólo al Mirador del Azulaque. Se trata de una caminata muy sencilla y relajada, ideal para hacerla en familia y conocer la flora y fauna de la zona.

Una señal indica el desvío de la carretera

Al igual que en la circular del Arroyo de las Cañas, partimos de la calle Carretera de Cazalla (C-433), justo en el límite suroeste de El Pedroso. Frente a un establecimiento llamado Bar Triana veremos las indicaciones del inicio del sendero. El del Azulaque sigue esta señalización varios metros, pero ojo porque a poca distancia dará un giro a la derecha (a la altura de la Madroñera) y volverá a la carretera. 

Se avanza por la acera junto al carril bici unos 500 metros y se deja a la derecha la Ermita de la Virgen del Espino. Se sigue otros 300 metros, ya en las afueras, hasta alcanzar la Finca La Alberquilla. Una señal nos indicará que salgamos de la carretera y sigamos la ancha pista de tierra.

Seguimos por la pista con la tierra más clara.

Durante 1,7 km iremos por el sendero de vuelta de la circular del Arroyo de las Cañas. De hecho, a esta distancia aproximadamente, veremos la incorporación de esa ruta. Seguimos de frente. Llevaremos recorridos unos 4,5 km desde que partimos del pueblo.

Ahora toca avanzar sin grandes problemas durante unos 3,6 kilómetros en ligero ascenso. No hay pérdida. En esta zona se podrán admirar los abundantes olivos y las encinas. Pasaremos también junto al Cortijo Argamasilla, que está abandonado.

Éste es el Mirador del Azulaque.

Recorridos esos 3,6 km, llegamos a un cruce que puede confundir porque hay una flecha amarilla que marca justo por donde no debemos ir. Hay que ir a la derecha, hacia arriba. El camino empeora un poco y alcanza su altura máxima (unos 540 metros). Así llegamos al Mirador del Azulaque (una plataforma con un cartel informativo). Desde aquí podremos admirar la panorámica que nos ofrece este punto y disfrutaremos, si hay brisa, del olor de la flora que rodea este punto.

Nos reincorporamos a la carretera que lleva a El Pedroso.

Es hora de volver. Hasta aquí hemos andado poco más de 9 kilómetros. Ahora toca bajar por un sendero cómodo que pasa junto a varia fincas. Dos kilómetros después alcanzamos de nuevo la Carretera de Cazalla, tomamos la derecha y nos colocamos en el arcén izquierdo. Éste es posiblemente el tramo más feo: unos 3 kilómetros junto a la carretera. Acabaremos llegando de nuevo a la Ermita de la Virgen del Espino. Justo aquí podemos seguir la carretera o tomar la calle de la izquierda para entrar en centro de El Pedroso.

Como se ha dicho, la ruta no es complicada, pero ojo con la escasez de sombra. Los caminos son anchos y los árboles limítrofes no llegan a ocultar el sol durante la mayor parte del kilometraje. El tramo de asfalto del final puede resultar muy pesado, de hecho hay gente que prefiere hacerlo a la inversa para quitarse esto de encima primero.