Provincia

La cárcel de Morón duplicará las plazas penitenciarias de Sevilla

  • El nuevo penal, que se inaugurará a mediados de julio, acogerá a 2.016 internos cumpliendo condena · Esta circunstancia permitirá reunir a presos sevillanos ahora dispersos en prisiones de Córdoba y Jaén

La nueva prisión de Morón de la Frontera, que será inaugurada a mediados de julio, duplicará la población reclusa de Sevilla, que pasará de los 2.140 internos que hay en la actualidad a unos 4.150.

Las previsiones del Ministerio del Interior señalan que la llegada de los primeros internos se producirá en septiembre, dado que tras la inauguración es necesario un período de varios meses para ejecutar los últimos ajustes. La idea es que el recinto esté en óptimas condiciones de funcionamiento cuando se produzca el ingreso de los reclusos, que se irán incorporando de forma gradual.

Antes de que acabe este año, la prisión de Morón de la Frontera podría contar con 500 internos, todos ellos en cumplimiento de su condena tras haber sido juzgados y ninguno de carácter preventivo, según confirmaron fuentes próximas a Instituciones Penitenciarias. El nuevo centro podría albergar los 1.000 o 1.300 presos para el verano de 2009.

La prisión de Morón de la Frontera dispondrá de 1.008 celdas operativas, con una capacidad máxima para 2.016 internos, y otras 70 celdas en el departamento especial, previsto para reclusos de cierta conflictividad o que necesitan protección.

Esos más de 2.000 presos se sumarán a los que están ingresados actualmente en los otros tres centros de la provincia. En Sevilla-II hay unos 1.800 internos, 160 en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra, mientras que en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario hay 180 presos.

El incremento de la población reclusa conllevará además otros problemas vinculados a las características de los presos y a la probable condición novel de los funcionarios que estarán destinados en la nueva penitenciaría, que en su mayoría procederán de la última promoción.

La prisión de Morón permitirá reunir a los internos sevillanos que ahora tienen que cumplir sus condenas en otras cárceles, como las de Córdoba y Jaén, pero también pueden llegar a la nueva cárcel reclusos de otras provincias. Estos presos suelen ser los más inadaptados en sus respectivas penitenciarías, lo que incidirá en el posible aumento de la conflictividad dentro de la cárcel de Morón, según han explicado fuentes próximas a Instituciones Penitenciarias.

Las obras de la cárcel de Morón, que promueve la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (Siep), están prácticamente finalizadas. El recinto dispone de una superficie construida de 91.761 metros cuadrados, dentro de una parcela de más de 333.000 metros cuadrados y que se ubica a las afueras de la localidad, en dirección a Puebla de Cazalla.

La cárcel de Morón es un centro tipo, similar al proyecto realizado en Puerto-III, en El Puerto de Santa María, en el que se han construido, como principal novedad, cuatro módulos polivalentes -en total dispondrá de 16 módulos para acoger a los internos-, en los que se han dividido por mitades iguales el número de celdas (36 en cada módulo) para poder realizar una mejor clasificación interior de los reclusos.

El centro penitenciario de Morón se constituye como un "núcleo urbano autosuficiente", formado por 16 minicentros con servicios culturales, sanitarios, deportivos y productivos comunitarios que cubren todas las necesidades del recluso. La estructura permite disminuir los traslados a servicios comunitarios exteriores y, según la dirección general de Instituciones Penitenciarias, potencia la política de reinserción, que es el objetivo final de la Administración penitenciaria.

El penal cuenta con una zona extramuros, donde se ubican el control de acceso y las oficinas, además del módulo de comunicaciones, y a través de una pasarela se conecta con la zona interior, de uso exclusivo para los reclusos y funcionarios, que se distribuye en tres bandas interceptadas por dos calles. En la banda izquierda se sitúan ocho módulos residenciales destinados a hombres y el campo de fútbol. En la banda central los edificios de enfermería y deportivo-cultural, y tras ellos el edificio de las cocinas y otras instalaciones. En la banda derecha se sitúan otros seis módulos residenciales más y al fondo los denominados talleres productivos. Entre los equipamientos del centro, destacan una sala habilitada para las actuaciones judiciales por video-conferencia, lo que evita el desplazamientos de los internos.

La construcción e inauguración del nuevo centro ha supuesto un revulsivo económico para esta zona de la Sierra Sur sevillana. Durante los dos años que se han empleado en la ejecución de la obra, se han creado entre 350 y 500 empleos, a los que hay que sumar otro medio millar de puestos de trabajo directos que se crearán cuando funcione el penal.

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