A pesar de que desde Participa Sevilla se ha venido minimizando el hecho de que tanto el diputado Julián Moreno (edil en el Ayuntamiento hispalense) como los dos puestos de confianza con los que contará en la Diputación estén vinculados a la candidatura de la capital cuando es una institución para los municipios, ello ha terminado abriendo una brecha en estas candidaturas que conforman la avanzadilla con la que Podemos debutó en las elecciones municipales, aunque no con su nombre.

Los tres concejales que Democracia Participativa tiene en Bormujos, donde gobiernan con el PSOE, y el único de Carmona presentaron el lunes un escrito en la Diputación en el que solicitan que Julián Moreno sea suspendido cautelarmente. Aluden a que su propuesta y los avales para que fuera diputado se presentaron en la junta electoral de zona "modificados", hora y media después de cerrado el plazo y serían nulos. Han esperado a reclamarlo el último día de los 90 que había para hacerlo.

Según explicó este martes el portavoz de Participa en Bormujos, Juan José Moreno, dan el paso tras numerosos intentos por reunirse con Julián Moreno y determinar cómo se iban a cumplir los compromisos que adquirió con los ediles de este municipio que fueron los que le avalaron -los otros dos de Sevilla ni siquiera estaban presentes-, con Miguel Prado, presidente del partido instrumental Democracia Participativa, como testigo y que levantó una especie de acta: Moreno debía renunciar a los dos años para que otra persona de la provincia -Juan José Moreno es el siguiente en la lista- ocupara su puesto y que los pueblos estuvieran representados no sólo con los cargos eventuales, sino en otros órganos y comisiones del ente.

La última carta solicitando reuniones se le envió a finales de agosto, sin respuesta. Juan José Moreno lamentó que el asunto haya saltado a la luz pública y que no hayan podido llegar a un acuerdo antes. Explicó que el origen del problema está en que, tras varias reuniones para ver quién sería el diputado de Participa sin que la capital se aviniera a aceptar a otra persona que no fuera uno de sus concejales, el plazo estuvo a punto de cumplir sin que se inscribiera nadie. En el último momento, lo hizo Juan José Moreno con el aval de sus dos compañeros. Tras un encuentro posterior con Miguel Prados, presidente de Democracia Participativa, se avisó a Julián Moreno y los ediles aceptaron retirar su propuesta e inscribir, ya fuera de plazo, a Julián Moreno de número uno. Pero desde entonces no ha habido forma de hablar con él, dicen. Estos concejales de la provincia tampoco están de acuerdo con cómo se ha nombrado al personal eventual, sin renunciar a alguna de las plazas en el Ayuntamiento o de la Diputación, como ejemplo de austeridad. Incluso ponen en duda el procedimiento seguido para elegirlos -con criterios aprobados en asamblea y en el que han podido participar más de un millar de inscritos, se ha dicho-, porque todos los contratados son personas cercanas a la candidatura de la capital. En la Diputación, como administrativo, está Sofía González Reguera, número cuatro en la lista de Participa en Sevilla, aunque ha sido edil en El Coronil; y Javier García, asesor de prensa, que participó en la negociación para permitir gobernar a Juan Espadas. Desde Bormujos se defiende que hay personas con mejor currículum descartadas y exigen también ceses.

Estos ediles de la provincia aseguran que, según el reglamento de la Diputación, ésta puede revocar la inscripción de un diputado si se hizo fuera de plazo y abrir otro proceso en el que tengan que ponerse de acuerdo los tres concejales de Bormujos y los tres de Sevilla, que son del mismo partido judicial con diputado, aunque desde la Diputación se dé cobertura a 27 candidaturas de "unidad popular" vinculadas a Podemos. Si no hay acuerdo, el reglamento prevé que se fije un turno rotatorio, de los seis concejales, para que se sucedan en la representación en la Diputación hasta el final del mandato. Pese a que dista de lo que sería deseable, consideran que lo que no es coherente con la nueva política es la falta de diálogo o la imposición que les han llevado hasta este punto.

Por su parte, desde Participa Sevilla se sigue poniendo en valor los casi 29.000 votos de la capital, que ya hubiera valido un diputado, sobre los 1.075 de Participa Bormujos y que dentro del mismo partido judicial se sumaron. No obstante, en función del tamaño del municipio, representan a un porcentaje similar de población. También subrayan la "legalidad absoluta del proceso de designación del diputado" y no reconocen "la validez de acuerdos verbales establecidos entre personas" si éstos "vulneran la soberanía asamblearia" y el nombre de Julián Moreno se eligió en la asamblea de Participa Sevilla, aunque fueran los concejales de Bormujos los que lo avalaran en el juzgado.

El riesgo del partido instrumental

El problema originado en la Diputación se debe a que, en contra de lo que propugnó Podemos, no en todos los sitios fue a las elecciones locales como agrupación de electores independientes entre sí, que requerían de un trabajo ímprobo para recoger firmas, que sí se hizo en Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas o La Rinconada, por ejemplo. En la capital acudió a este partido instrumental, Democracia Participativa, que se creó en Sevilla aunque con carácter estatal para los que no lograran avales. De él se hizo uso también en Bormujos y en Carmona. Formalmente, los tres representan a la misma formación, aunque sus inscritos no son militantes al uso a los que se pueda abrir expediente, expulsar y convertirlos en "tránsfugas", aunque lo que plantean los concejales en su escrito de la Diputación es un poco eso, que Julián Moreno no ha cumplido con el código ético y los principios del partido "instrumental" y que podría terminar en un partido diferente.