Las tres muertes del niño de Morón
La Policía maneja tres hipótesis sobre el fallecimiento de Antonio David Barroso, el menor discapacitado desaparecido desde 2021
La teoría más sólida apunta a que se murió durante el errático viaje que emprendió con su madre
Los investigadores destacan la negligencia de la madre y su afán por huir y ocultar pruebas
"Al David ya no lo encuentran, estará ya en los huesecitos"
La Policía Nacional manejó tres hipótesis sobre la muerte del niño Antonio David Barroso Díaz, de 15 años, cuyo cadáver sigue sin encontrarse. El menor emprendió un viaje con su madre, Macarena Díaz, el 12 de septiembre de 2021, sin rumbo fijo desde su casa de Morón de la Frontera. Antonio David tenía una serie de enfermedades raras, como el síndrome de West y el de Lennox-Gastaux, que lo mantenían postrado en una silla de ruedas, padecía ataques epilépticos con frecuencia y era completamente dependiente. La madre también tiene un trastorno mental y sufría un brote psicótico en el momento en que ocurrieron los hechos.
Dos de las versiones con las que trabajaron los investigadores del caso, pertenecientes a la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) central, se basan en que el niño murió en su casa de Morón de la Frontera, según figura en el sumario del caso, al que ha tenido acceso este periódico. La primera hipótesis es que Antonio David falleció el 10 de septiembre, dos días antes de que su madre cargara el cadáver en su coche con intención de llevarlo a Santiago de Compostela, para que el apóstol hiciera un milagro y lo resucitara. En su delirio, Macarena creía firmemente que su hijo podía resucitar al tercer día, como Jesucristo.
Ese día, buscó en su teléfono móvil "cuánto tiempo dura la resurrección de Cristo" y "cuándo Cristo muere según la Biblia". Esta es la última búsqueda que hizo desde su teléfono antes de deshacerse de él, arrojándolo a un contenedor de basura cercano a su domicilio. Fue la propia madre la que aseguró a la Policía que el niño murió ese día. Sin embargo, esta teoría se descartó porque un testigo directo vio al niño con vida al día siguiente, 11 de septiembre, al menos hasta las 21:45.
La mañana del domingo 12, Macarena subió al niño al coche adaptado en el que se desplazaban habitualmente, y emprendió un viaje errático por España. Sin móvil que los posicionara, la Policía reconstruyó el itinerario a través de distintas cámaras de tráfico y de videovigilancia y de testigos que los vieron. Así, fueron primero hacia Cádiz, ciudad en la que entraron y por la que dieron varias vueltas. Luego regresó a Sevilla para coger la SE-30 y luego emprender rumbo a la Ruta de la Plata.
Pararon por la tarde durante una hora en una gasolinera de Miajadas (Cáceres) y descansaron unas horas en un hotel de Talavera de la Reina. Aquí se vio al niño por última vez. Pasada la medianoche, ya en la madrugada del 13, dejaron este hotel. Entraron en Madrid, donde varias cámaras de sucursales bancarias vieron pasar el coche por la avenida del Padre Piquer, en Aluche. La Policía cree que Macarena arrojó el cadáver del menor en algún contenedor de basura de esta zona. Después, la madre apareció sola a las cuatro de la madrugada un hotel de Riaza (Segovia). Tres horas después llegó a una gasolinera de Carabias, en la misma provincia, donde dijo que había matado a su hijo.
La segunda hipótesis es que el niño murió la noche del 11 al 12 de septiembre, también en su casa de Morón. Esto precipitaría la salida del pueblo de Macarena. "Se refuerza con el hecho de que fuera vista esa madrugada con la cara pálida y desencajada, tirando enseres de la vivienda, así como que no se ha conseguido obtener ninguna imagen ni testimonio que confirmara fehacientemente que el menor seguía con vida el día 12", apunta la Policía.
El recepcionista del hotel de Talavera no pudo acreditar que estuviera vivo y la Policía concluyó, tras entrevistar a la empleada de la limpieza, que Macarena no había acostado al niño en la cama. Tampoco había restos de "fauna cadavérica" en la habitación. No obstante, la Policía considera que éste no sería motivo suficiente para argumentar la marcha de Macarena, "dado que ella, en todas sus crisis anteriores, ha abandonado igualmente su localidad de residencia".
La Policía apuesta más por la tercera hipótesis. Según esta versión, Antonio David salió con vida de Morón de la Frontera y pudo morir durante la tarde del día 12 de septiembre, en el viaje. Esto encajaría, según los investigadores, "con la actitud de Macarena en la gasolinera de Miajadas, los testimonios de los testigos (recepcionista del hotel de Talavera y empleado de la gasolinera de Miajadas) que en ningún caso recogen indicios de que el niño estuviera fallecido, el hallazgo en el vehículo de productos que Macarena utilizaba para alimentarle, así como nuevamente la ausencia de fauna cadavérica en la ropa de cama de la habitación del hotel".
Las cámaras de la gasolinera captaron a Macarena accediendo al coche por la parte de atrás, donde podía encontrarse el menor, "manteniendo al principio una actitud aparentemente normal, llevando incluso una botella de agua". "Sin embargo, a lo largo de la grabación, su actitud cambia mostrándose visiblemente más nerviosa y llegando a realizar movimientos que indicarían una situación desesperada", añade el informe.
La Policía considera que esta hipótesis "pudiera ser la más probable, datando la muerte del menor antes de su llegada al hotel de Talavera de la Reina, bien en la misma gasolinera de Miajadas o bien durante el trayecto hasta Talavera, motivo por el que Macarena, a pesar del calor, adquiere una manta para taparlo antes de entrar en el establecimiento, al ser consciente de que el menor está fallecido".
El informe habla incluso de un "conjunto de circunstancias" que pudieron provocar la defunción de Antonio David. Entre ellas están las altas temperaturas que se registraron esos días en Extremadura (el niño pudo estar una hora dentro del coche), la falta de hidratación y de una alimentación adecuada, así como el degradado estado de salud de Antonio David, al que además su madre había ido retirando la medicación en las semanas previas por no estar de acuerdo con el diagnóstico que le había hecho el neurólogo del Hospital de Valme. Esta falta de medicación incide en una mayor frecuencia de las crisis epilépticas.
Los investigadores consideran "impensable" que Macarena "fuera capaz de cuidar de un menor de edad que sufría una grave discapacidad", dados los delirios que padece como consecuencia de su enfermedad, que "la incapacitan para el cuidado de sí misma". Ella también se había ido reduciendo la medicación porque ésta la hacía engordar mucho.
Cada vez que padece una crisis de su enfermedad, la mujer se refugiaba mucho en la fe católica y visitaba a diario las iglesias, "obsesionada con el hecho de que su hijo se iba a curar". Para la Policía, "existen varios aspectos fundamentales y claramente apreciables por su entorno familiar y social que determinan que Macarena se encontraba en un brote psicótico" a principios de septiembre de 2021. Así, se deshacía de cosas de forma compulsiva, se refugiaba en la fe e hizo cientos de consultas sobre temática religiosa en internet, se aislaba y no dejaba entrar a nadie en su casa y cambiaba su forma de hablar, pasando a emplear un lenguaje "muy fino" y diferente al suyo habitual.
Antonio David sufría entre seis y ocho crisis epilépticas diarias, como consecuencia del síndrome de Lennox-Gastaux que padecía desde niño. Era tetrapléjico y totalmente dependiente. Todos los testigos interrogados por la Policía coinciden en que el menor había experimentado "un gran empeoramiento físico" en el último año, habiendo alcanzado una delgadez extrema y encontrándose muy débil, todo ello provocado principalmente por una neumonía que desembocó en un ingreso hospitalario en diciembre de 2020".
La última cita que Antonio David tuvo con el neurólogo que lo trataba se produjo el 15 de junio. El facultativo explicó a Macarena que su hijo evolucionaría muy poco y que no había perspectivas de mejora, lo que motivó el enfado de la madre, que dijo que buscaría una segunda opinión, aunque luego no lo hiciera. Lo que sí hizo, según la Policía, fue ir retirando la medicación al niño, lo que provocaría un aumento de sus crisis epilépticas, tanto en frecuencia como en duración. La reiteración de estos ataques, unidad a una dificultad para tragar, podía provocar la muerte de Antonio David.
El menor "estuvo un mínimo de dos semanas sin tomar la medicación necesaria para mitigar y evitar sus episodios de epilepsia". Macarena se fue aislando y no permitía que nadie se acercase a Antonio David. Incluso llegó a retirar las llaves de su casa a su madre. El 16 de julio, la Policía Nacional dio cuenta a los servicios sociales de Morón de la Frontera del "desorden y la falta de higiene existente en el domicilio de Macarena". La mujer confesó a un fisioterapeuta que se le hacía un mundo cuidar de su hijo y que no podía más.
El estado de salud de Antonio David fue empeorando los primeros días de septiembre. Según Macarena, el niño tenía fiebre y más ataques y más fuertes desde el día 8 de septiembre. Pero la mujer no llevó al niño al médico ni al hospital, donde habría quedado ingresado para su tratamiento, en lo que la Policía considera "una clara negligencia". Los investigadores tienen constancia de que la mujer pasó por la puerta del centro de salud el día 10, y que el 9 hubo personas que le ofrecieron llamar a los servicios sanitarios. Ella declinó la ayuda.
La Policía también considera que Macarena estaba preparando "con meticulosidad" la huida de Morón desde unos días atrás. "Intentó dejar zanjados asuntos tales como la venta de su vivienda o la adopción de sus perros, lo que indicaría su intención de no volver a residir en Morón de la Frontera. Por el contrario, existen otros actos que para la fecha en que se produce la desaparición, debían haber sido gestionados, como es el caso de la matrícula de Antonio David en el nuevo colegio", que no tramitó a pesar de que el curso comenzaba el 10 de septiembre.
Macarena tenía intención de vender su casa de Morón y trasladarse a vivir al campo. Limpió exhaustivamente su casa, de la que cambió las cerraduras y a la que no dejaba que entrara nadie desde mediados de agosto. También entregó sus perros a una asociación. Antes de marcharse, se deshizo de su teléfono móvil. Ella declaró que se le había caído al inodoro y quedó inutilizable, por lo que decidió tirarlo a un contenedor de basura. Al día siguiente, un policía en prácticas escuchó sonar un teléfono al pasar junto al contenedor y lo recuperó de la basura, haciendo entrega del mismo en la comisaría de Morón. Una vez recuperado, pudo ser reparado. La Policía mantiene la duda razonable sobre hasta qué punto Macarena se deshizo del teléfono de forma consciente, "al saber que si lo llevaba encima, podía ser fácilmente localizada".
En cuanto al viaje, los investigadores creen que se detuvo en Carabias porque se le averió el coche, pero que ella quería seguir porque llegó incluso a pedir una grúa. Un detalle que llamó la investigación de los policías es que el vehículo llevaba una pegatina con el dibujo homologado de una silla de ruedas, bajo el cual se leía "vehículo adaptado, movilidad reducida". Esa pegatina, que fue grabada por las cámaras de los túneles de la M-30 en Madrid, había desaparecido cuando el coche fue localizado e inmovilizado en Carabias. Para los agentes, esto "redunda en la idea de que la investigada tenía la intención de huir y de no solicitar ayuda".
El informe también habla de los continuos cambios de ropa de Macarena, que se llega a cambiar hasta tres veces durante el viaje. Esto tiene una doble lectura. O bien se cambia para dificultar su localización y evitar ser reconocida, o lo hace porque se manchó con restos o fluidos de Antonio David al dejarlo en el contenedor o moverlo y trasladarlo y, como ella misma manifestó a la juez, "no quería dejar pruebas".
La Policía también observa en Macarena "una ausencia de pena y de remordimiento que llama la atención a la vista de la ocurrido", algo para lo que aporta testimonios de familiares y del párroco. En noviembre de 2021, solicitó ante la Agencia Tributaria "parar la deducción por hijo discapacitado". "Soy la madre del niño discapacitado desaparecido, el niño falleció el 10 de septiembre de 2021, pero no tengo aún el certificado de defunción. Solicito que me paguen el paro", escribió en el formulario. Borró también las fotos de las redes sociales en las que aparecía con su hijo y sólo dejó las de ella en actitud alegre.
Todo esto lleva a la Policía a concluir que "Macarena podría estar manipulando la investigación policial con el fin de que el cuerpo de David no sea localizado, en la creencia errónea de que esto puede ser beneficioso para ella y poder eludir así su responsabilidad penal en un presunto delito de homicidio imprudente".
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