Dos muertos y un herido en un tiroteo en un bar de una urbanización de Carmona
Los hechos ocurrieron en la urbanización Los Nietos, donde una persona armada irrumpió en el centro social y disparó a dos conocidos vecinos
La Guardia Civil busca al presunto autor, que huyó del lugar y ya estaría identificado
Las imágenes del tiroteo con dos muertos y un herido en una urbanización de Carmona
El silencio sólo roto por el rugir de los coches que pasan a toda velocidad por la muy próxima autovía A-4 se apoderaba de la tranquila urbanización Los Nietos en Carmona marcada ya por la crónica negra. Allí perdieron la vida ayer José y Marcelo, dos vecinos de toda la vida “muy queridos” y “buenas personas” en un bar donde tantos buenos ratos habían pasado junto a familiares y amigos. El primero, por regentar el local junto a su familia, y el segundo, como un cliente habitual más de un centro social, antiguo vestigio de lo que fue una discoteca, y que se convirtió en el escenario de una tragedia. Eran las 15:45 horas cuando la rutina de un sábado cualquiera se rompía de forma brutal: un tiroteo dejó a los dos vecinos muertos y un tercero herido de gravedad.
José, el dueño del bar, murió en el interior del local, víctima de un disparo a bocajarro, según fuentes cercanas a la investigación, con una escopeta de cañones recortados. Sin advertencia, pero con algunos roces previos, su agresor irrumpió de manera repentina en el local y disparó. Afuera, Marcelo cayó también abatido, justo en la puerta del bar, donde apenas a unos metros seguía aparcado su coche, aún con las ventanillas bajadas como, según sus vecinos, solía dejarlas. Pudo intentar mediar con la esperanza de evitar lo inevitable, pero todo está aún por confirmar. Allí, en la entrada del local, su cuerpo quedó tendido hasta la llegada de la comitiva judicial cinco horas después. Sus familiares lo rodearon en una escena que mezclaba dolor, impotencia y rabia contenida. Los abrazos, los gestos de cariño hacia algunos de sus 16 hijos, y los lamentos de los allegados, rompían el silencio sepulcral que reinaba en la calle Azahar.
La tercera víctima fue hallada malherida a unos metros del bar, cerca de unos contenedores. Intentaba huir, según algunos vecinos, puede que buscando ayuda, cuando fue alcanzado por un disparo. Fue evacuado en helicóptero sanitario, cuyo rugido en el cielo alertó a muchos vecinos que no sabían aún qué ocurría. Su estado es grave, pero, según fuentes médicas, está fuera de peligro inminente.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Sevilla ha asumido la investigación. A esta hora, todas las hipótesis siguen abiertas, aunque las pistas apuntan ya a un sospechoso perteneciente a una familia conocida por conflictos anteriores en la zona. Según fuentes cercanas a la investigación, los presuntos autores están identificados y en busca y captura. Habrían huido en su vehículo en dirección a Sevilla.
“Era cuestión de tiempo que pasara algo, pero una cosa como está es demasiado”, murmuraba un vecino a escasos metros del cordón policial. Algunos apuntan a una historia de extorsiones, de peticiones de dinero reiteradas por parte del agresor a José. Cansado de la presión, el hostelero habría negado la última ayuda. La respuesta fue letal.
Más de cinco horas después, la juez levantó los cadáveres ante una enorme expectación de vecinos que se agolpaban en los alrededores, incrédulos y con el alma en vilo. “Esto no es un ajuste de cuentas cualquiera, es un crimen que destroza familias”, lamentaba una mujer con lágrimas en los ojos.
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