Primer partido para el Betis y primer triunfo con goleada a pesar de las dificultades que se habían planteado en la previa con las numerosas bajas. Pero la escuadra de Pellegrini volvió a funcionar a la perfección y aprovechó la temprana expulsión de John Chetauya para provocar una gran fiesta para sus aficionados.

Aitor Ruibal | Se adaptó perfectamente a su rol y provocó la jugada decisiva del litigio

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Faltaban los dos laterales derechos específicos de la plantilla y también Bellerín en esas eternas negociaciones para desvincularse del Arsenal, pero tampoco importó mucho. Pellegrini volvió a apostar por Aitor Ruibal y éste, aparte de cumplir ante Mojica atrás, se lo agradeció con la jugada que lo decidió todo en el minuto 16.

Juanmi | Su habilidad ante el gol no ha variado, es sublime

Juanmi remata con la derecha el primero de sus dos goles.

Pleno de inspiración para el malagueño en la suerte suprema del fútbol. Donde otros se turban y se les nubla la vista, él lo hace con una naturalidad tremenda. Nada de ponerse nervioso. En el primero aprovecha el balón dividido para ganar y ejecutar rápido. En el segundo, la picadita a Bigas es brutal y después nada, a empujarla como si tal cosa.

William Carvalho | A su ritmo, el pase a Juanmi es excelente

William Carvalho trata de robarle un balón a Roger.

Juega a un ritmo aparentemente parsimonioso, incluso yerra pases al que tiene al lado, como dos consecutivos a Álex Moreno por falta de coordinación en sus aperturas hacia la izquierda, pero después es capaz de poner la pelota en el sitio justo en el dos a cero de Juanmi. El portugués tiene calidad de sobra y por eso Pellegrini lo quiere a su lado.

Fekir | Con la espada de Damocles de su tarjeta, desniveló todo con astucia y calidad

Pellegrini dialoga con Fekir durante el choque.

Había visto una temprana tarjeta amarilla en el minuto 4 y Pellegrini estaba de los nervios con la posibilidad de que le mostraran la segunda, incluso le aconsejó tranquilidad. Pero el francés no se alteró y supo buscar el momento justo para ganar el balón sobre la línea, fabricar el 1-0 y dejarlo ya todo cuesta abajo.