Segunda goleada a los béticos en el plazo de cuatro días y nuevamente los verdiblancos fueron ampliamente superados por sus rivales, en este caso el Bayer Leverkusen, como reconocería el propio Manuel Pellegrini en la rueda de prensa posterior. Los jóvenes alemanes jugaron a una velocidad que el Betis no pudo soportar y encima Fekir ilustró pefectamente la impotencia con su acción absurda en la tarjeta roja final, que lo puede dejar fuera de uno o de los dos partidos que restan en esta primera fase.

Fekir | Por muchas patadas que reciba, que las sufre, una estrella no puede caer así

Nada más comenzar el partido ya sufrió dos entradas duras, una de ellas de Adli y otra de Andrich. Así que está claro que existía consigna de sacarlo del juego, pero el francés no puede cometer la insensatez del final con el tiempo casi cumplido. Los suyos lo necesitan en lo que resta y no estará. Además, regaló el balón del 1-0.

Guido Rodríguez | Era el único que se mantenía firme

Guido Rodríguez se lleva el balón ante Wirtz, un sensacional futbolista.

El argentino sólo tiró la toalla en los diez minutos finales, cuando Wirtz hizo el tercer gol para el Bayer y ya se vio incapaz de detener semejante vendaval. Pero antes había sido fundamental para que el Betis llegará aún con cierta esperanza hasta que Hradecky le hizo el paradón a Bartra en su cabezazo. Es capaz de equilibrar todo, pero eran demasiados.

William Carvalho | Pastoso, lento, impreciso y también desubicado, ni sumó ni restó

William Carvalho se ve acorralado por Adli y Demirbay.

Nada que ver con el William Carvalho que se ha convertido en una de las piezas sobre las que gravita este Betis de Manuel Pellegrini. Esta vez el portugués estuvo pastoso, lento, también impreciso, hasta el punto de regalarle al rival dos balones consecutivos, y desubicado para no ayudar jamás a Guido ante tantos enemigos.

Víctor Ruiz | Le falta y quedó retratado más de una vez

Médicamente estará recuperado, pero en lo referente a la punta de velocidad aún la falta y quedó retratado más de una vez por la velocidad que exhibían los delanteros alemanes. No era capaz de seguirlos y por ahí se originaron muchos fuegos que terminaron en el incendio final. Es necesario y sólo se recupera jugando, pero éste es el peaje a pagar.