Mal resultado para el equipo bético en la ida de los octavos de final contra el Eintracht, pero persiste la sensación de que es posible la remontada en la vuelta en Fráncfort. Así lo piensan Pellegrini y todos sus futbolistas, que la puerta aún está abierta.

Claudio Bravo | Transformó un conato de pitos en un aplauso de lo más merecido

Un mal toque cuando intentó mandar el balón a su costado izquierdo, que se fue fuera directamente, sirvió para que la grada del Benito Villamarín silbara a su guardameta. Era el arranque del segundo periodo, justo antes del penalti, y ahí comenzó su participación estelar. Se lo paró a Borré, como tres o cuatro más, y encima la brutal intervención en el disparo cruzado de Kostic en el minuto 93. Así es el fútbol y se pasa pronto de villano a héroe.

Fekir | Lo intentó de mil maneras, pero careció de ayudas

Fekir se dispone a disparar para marcar el gol del Betis.

El francés era uno de los más señalados por el bajón de juego de su equipo en los últimos partidos y, siendo eso cierto, no se puede obviar que tampoco encuentra tanta colaboración de sus compañeros como antes. Marcó el gol, lo intentó de todas las maneras, pero los verdiblancos estaban demasiados lejos de él para hacérselo más fácil.

Juanmi | Cuando no se acerca al gol se le echa de menos

Juanmi felicita a Fekir tras su gol.

Después de su espectacular racha en la faceta goleadora, ha entrado en un periodo de sequía y en esa faceta se deja notar muchísimo más que es un delantero centro jugando en el extremo izquierdo. Cuando no tiene una relación directa con la suerte suprema del fútbol da la sensación incluso de que prácticamente no participa en el juego.

Édgar | Se puede perder un balón en una salida, pero después debió contemporizar

Édgar intenta cortar un avance de Jakic.

Fue una de sus peores noches desde que Pellegrini confiara ciegamente en el gigante para su zaga. Quedó muy señalado en el segundo gol con la pérdida en el intento de combinar con Fekir, pero aún peor fue la forma de entrarle precipitadamente a Lindström. El sueco lo desbordó en demasiadas ocasiones.