El triunfo del Betis en El Sadar dejó varias lecturas en cuanto al análisis táctico y la toma de decisiones desde el banquillo, con un Manuel Pellegrini que hizo cambiar el rumbo del partido con los cambios que introdujo en la segunda parte.
Pero, sobre todo, volvió a destacar una vez más el excelente trabajo de conciencia grupal que viene realizando el chileno con sus pupilos. Un grupo de jugadores entregados a la idea de su entrenador y con ganas de seguir dando pasos adelante esta temporada. Y como ejemplo, varias imágenes que dejó el partido: desde la celebración de los goles en el banco verdiblanco a esa carrera final que se pegaron Kike Hermoso y Édgar para felicitar a Willian José por su gol. En definitiva, unidad, compromiso en un grupo de futbolistas guiados por un entrenador que ha dotado al Betis de una mentalidad ganadora que lo ha convertido en un equipo muy incómodo y difícil de batir, pensando ya en recibir al Getafe para intentar sumar otros tres puntos.
"Los puntos que ganamos fuera nos sirven para paliar los que se nos resisten en casa. El domingo ante el Getafe tenemos una nueva oportunidad de poder sumar de tres". Así finalizó el técnico heliopolitano su comparecencia ante los medios tras el choque en Pamplona, siendo consciente de que la élite requiere el saber competir al máximo cada tres días sin poner ninguna excusa, de ahí que Pellegrini se haya convertido en el faro y guía de la exigencia ganadora de un Betis que hizo ante Osasuna un ejercicio de madurez con el que supo adaptarse a los diferentes escenarios que se dieron en el partido para llevarse una justa victoria.
Un triunfo en un duelo en el que el cuadro local empezó mejor, fruto de su intensidad en la presión a la salida de la pelota de un Betis que poco a poco fue quitándose de encima ese acoso rojillo por medio de un incisivo Ruibal y alguna internada ofensiva de Montoya. Incluso, se adelantó el cuadro verdiblanco por medio de Kike Hermoso y hasta dispuso de ocasiones para haber hecho el segundo. Pero Borja Iglesias perdonó y a renglón seguido, en una mala salida de la zaga bética a la hora de tirar el fuera de juego, Kike García empató un choque que en la segunda parte comenzó muy abierto, de un área a otra, aunque con la sensación siempre de más peligro de un Osasuna que llegó a perdonar en varias ocasiones por medio de Kike García y luego, con el Chimy Ávila. Fue entonces, cumplido el minuto 75, cuando apareció Pellegrini para refrescar a un Betis que pedía oxígeno, y con Willian José y Juanmi en el campo ya se vislumbraba que la película podía cambiar, como así pasó cinco minutos después con el gol del costasoleño. Éste volvió a marcar y es sin duda otra buena noticia para los de Heliópolis que Pellegrini lo haya recuperado, después de lo mal que lo pasó con sus lesiones en el pie. Goles y movimientos de delantero, quedando claro que Juanmi rinde más y mejor jugando arriba con libertad y con un 9 de referencia que cayendo a una banda.
Y luego, en el minuto 90, se produjo la entrada de Joaquín y, sobre todo, la de William Carvalho, al que el chileno ha sabido enchufar. Los seis minutos que el luso estuvo en el campo fueron de mucha calidad. Salió enchufadísimo, sin la pasividad de otras ocasiones, y se vio su mejor versión a la hora de lanzar contras como la que dio origen del 1-3, pues una de las cosas que mejor hizo el Betis ante Osasuna fueron las transiciones defensa-ataque. Despeje de cabeza de Guardado, Willian José la toca de espaldas y de primeras a Carvalho para que éste meta la directa. Juanmi, en un gran movimiento, arrastra a Aridane para abrir un hueco que permitió a Carvalho dar un sensacional pase al brasileño, que definió con mucha calidad ante Sergio Herrera. Fue el colofón al justo triunfo de un Betis que camina con paso firme de la mano de Pellegrini, un entrenador de élite y un hombre de fútbol que se ha convertido en el faro de la exigencia verdiblanca.
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