Con siete puntos de los últimos 12 posibles, el Betis de Rubi ha iniciado una línea ascendente, que ha elevado el crédito del entrenador, y buena parte de la culpa de esa mejoría la tiene Sergio Canales. El cántabro ha empezado a recobrar su versión más elevada, que culminó el sábado con el postrero gol de la victoria ante el Valencia.

No ha sido un comienzo de campaña sencillo para el zurdo. La lesión de tobillo que sufrió la pasada temporada, que se agravó tras forzar en el derbi en Nervión, le hizo pasar una pretemporada atípica, con molestias que no lo dejaban entrenarse a tope y que retrasaron su puesta a punto. Pero desde hace algunas semanas, Canales sí ha empezado a exhibir ese estado físico que lo llevó a la selección y se ha convertido en la referencia del mermado mediocampo bético.

El zurdo ha asumido los galones en una medular que lo necesitaba. Sin la referencia de William Carvalho para darle salida a la pelota, Canales ha multiplicado su actividad para aparecer tanto en el inicio del juego como luego en zonas adelantadas, donde su zurda sí hace más daño a los rivales. Rubi, que comenzó ubicándolo más pegado a una banda, le ha otorgado libertad de movimientos y ahí ha vuelto a comparecer ese Canales que asombró el pasado año por sus conducciones y capacidad de liderazgo.

Ante el Valencia, el cántabro realizó su mejor partido de la temporada. Con un 95% de acierto en el pase, su producción ofensiva también se agrandó e intentó seis disparos a puerta, una muestra de esa actividad en el ataque que se le había echado en falta en el inicio liguero. "Este año estoy chutando mucho menos que el año pasado, igual cojo el balón un poco más atrás y tengo más metros para llegar al área. No estoy teniendo tantas ocasiones, pero estoy trabajando en eso", indicó la pasada semana en los medios oficiales de la entidad bética, en toda una declaración de intenciones de ese aspecto de su fútbol que sentía que debía recobrar.

Los jugadores del Betis celebran el gol de Canales.

La importancia de Canales no sólo aparece en el césped y en apenas año y medio se ha convertido en una referencia del vestuario. Su enorme experiencia, tras pasar por Real Madrid, Valencia y Real Sociedad, le hace tener peso en sus opiniones como uno de los líderes del equipo en situaciones complicadas como las vividas en los últimos tiempos. De hecho, la pasada semana, mientras los dirigentes guardaban silencio y dejaban solo a Rubi, Canales asumió la voz cantante para exhibir la opinión del equipo. "Con un cambio de entrenador siempre llevas un tiempo para adaptarte y nos está costando, pero estamos a muerte con el míster. En estas últimas semanas hemos encontrado el camino y queremos ratificarlo ante el Valencia", expuso entonces el cántabro, que luego cumplió en el césped con su palabra.

Esa ascendencia e importancia en el grupo llevan a que la consideración de los dirigentes sobre su figura sea muy elevada. El Betis apostó por su contratación después de que en su último año con la Real Sociedad demostrase estar recuperado de las lesiones, y, pese a los cantos de sirena que llegaron durante el verano, desde el club se confiaba en Canales como una de las referencias de la plantilla para esta campaña.

La profesionalidad demostrada en el día a día provoca que en el Betis se considere al cántabro un ejemplo de jugador de club, de ahí que incluso haya mantenido conversaciones para mejorar su contrato y así adaptarlo a su actual rol, aunque todavía le queden más de dos años para cumplirlo. A sus 28 años, Canales se encuentra en plena madurez futbolística y con una implicación que ha aumentado sus galones en el Betis.