Desde mi córner

En el Betis retornan los demonios familiares

  • La actitud del equipo en citas como la del lunes en Bilbao hace que se hunda el nuevo proyecto

Resucitan los atávicos demonios familiares en el beticismo, junto a los consabidos miedos que provoca un equipo que ha hecho de la cuesta abajo su itinerario preferido. El ridículo comportamiento de la tropa en San Mamés ante uno de los peores equipos de la categoría ha hecho que la alarma se reactive y que el crédito del puente de mando esté en tenguerengue. Me refiero, claro está, a la dirección deportiva, pues la otra anda así tiempo ha.

¿Qué tendrá este Betis que no da una en el clavo y que cada reestructuración sólo hace buena a la anterior? Todo lo que pasó en San Mamés no puede achacarse a la ausencia de dos futbolistas, ya que de ser así aviada está la institución. Todo el grueso del problema se achaca a la permeabilidad de un sistema defensivo que lleva la friolera de veintiún goles encajados cuando sólo se lleva diez partidos, poco más de la cuarta parte de un campeonato que ya preocupa en exceso.

La preocupación es excesiva si no fuera por los antecedentes que jalonan la vida del, por siempre y para siempre, Real Betis Balompié. Ves al resto de equipos de la categoría y te da grima observar cómo el equipo de Pellegrini deambula por los dos tercios de hectárea que ocupa una cancha. Sin pegada y con el mentón de vidrio, el lunes en el Bocho se le cayeron los palos del sombrajo a cuantos profesan la fe verde, blanca y verde para mirar al futuro con más miedo que un conejo.

Y se viene de rondón a la memoria cómo se criticaba la figura de un entrenador que nunca puso en peligro la categoría, pero que cometió errores tan graves como los de responder a hinchas poco recomendables o a no llegar a las finales de UEFA y Copa del Rey. Se plegó la voluntad del club a las voces de los discrepantes y así está el panorama, con el equipo como un alma en pena y sin unos Fabián, Júnior y Pau López que revitalicen las arcas. Una historia repetitiva, ¿hasta cuándo?

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