Elche-Betis | La crónica

Tres puntos para ser muy festejados por el Betis (2-3)

  • El cuadro heliopolitano le da la vuelta al marcador en los últimos instantes ante el colista Elche después de haber arrancado con 2-0 en contra

  • Tras el triple cambio de Pellegrini en el descanso, una roja a Magallán y tres penaltis fueron clave para que todo acabara 2-3

  • Pellegrini: "Lo más importante es cómo se reacciona"

Willian José transforma el penalti que le dio los tres puntos al Elche.

Willian José transforma el penalti que le dio los tres puntos al Elche. / Manuel Lorenzo | Efe

El Betis tiene motivos para festejar los tres puntos que ha conquistado en el estadio Martínez Valero de Elche. Da igual que fuera el colista el rival que estaba enfrente, exactamente lo mismo que la expulsión de Magallán fuera discutida o que los heliopolitanos dispusieran de tres penaltis a favor, también uno en contra, el caso es que en la clasificación de la escuadra de Manuel Pellegrini ya se contabilizan tres puntos más y eso es lo único que cobra trascendencia a la hora de los balances finales, que serán al final de la temporada. De momento, en un parcial más, esa misma tabla indica que son 40 los puntos en los 23 partidos contabilizados a día de hoy.

Es el análisis más resultadista posible de una cita que fue absolutamente loca desde el arranque de todo y que acabó con los locales desquiciados por las decisiones de Iglesias Villanueva y, sobre todo, de Jaime Latre en el VAR. Es evidente que unos días les toca a unos quejarse y en otros es justo al contrario. En este caso, el Betis fue quien acabó feliz y, por tanto, bien hace en correr un tupido velo con las dos acciones que originaron más polémica, la tarjeta roja por mano de Magallán al interpretar que cortaba una acción de gol de Fekir y otra mano, ésta de Enzo Roco, que supuso el segundo penalti cobrado en contra de los locales, el tercero del encuentro.

La primera de esas decisiones pudo ser decisiva para el desarrollo de todo lo que vino después, aunque tampoco era descartable viendo cómo había virado todo después del arranque que con once también se pudiera haber producido una remontada. Pertenece, sin duda, al terreno del fútbol ficción, pero el Betis estaba llegando entonces con mucha facilidad, aunque no llegaba a contabilizar esos acercamientos como ocasiones diáfanas de marcar.

En eso sí varió mucho más la situación, porque era el minuto 57 y quedaba mucho por delante para que el Elche fuera capaz siquiera de recomponerse. Ya había hecho Manuel Pellegrini en el intermedio un triple cambio para meter a Borja Iglesias, sobre todo, Joaquín y un Miranda que también sería decisivo por su forma de percutir en solitario en la banda izquierda forastera. Salían Juanmi, Luiz Henrique y Abner y es indudable que el cuadro heliopolitano iba a subir muchos enteros en su juego.

Un Betis desconocido

Porque el Betis iba a mostrar una faz absolutamente desconocida en el Martínez Valero. Justo después de contestar Pellegrini ante el operador televisivo propietario de los derechos del encuentro que no tenía ninguna duda del grado de intensidad con que sus hombres partirían ante el colista, éstos se empeñaban en desmentir las palabras del veterano entrenador chileno. A los 22 segundos ya había colgado el Elche dos centros con cierto peligro sobre el área de Claudio Bravo y esto era así sencillamente por la inacción de un equipo que no tenía nada que ver con lo habitual.

Sin Canales por su lesión, sin Guido Rodríguez, sancionado, y también sin Borja Iglesias por no considerarlo aún en plenitud de condiciones tras su operación en la mano, el Betis partía sin tres de las piezas claves en su alineación inicial. El técnico seguía apostando arriba por Ayoze y para acompañarlo metía lo mejor que tenía para esa faceta, Luiz Henrique, Fekir, por supuesto, y Juanmi. Más problemática era la sustitución de Guido y por ahí comenzaron los problemas. Bueno, por ahí y también por la inexperiencia de un Abner que cometía un penalti de nuevo cuño. Es el peaje de este fútbol moderno, basado en los monitores, y después quien lo iba a pagar sería el Elche.

Willian José transforma el penalti que le dio los tres puntos al Betis ante el Elche. Willian José transforma el penalti que le dio los tres puntos al Betis ante el Elche.

Willian José transforma el penalti que le dio los tres puntos al Betis ante el Elche. / Manuel Lorenzo | Efe

Pero en el relato cronológico, el joven brasileño, inocentemente, pisaba a Lucas Boyé en esos albores del litigio. El argentino, como muchos, tenía la lección bien aprendida, nada más que sientes el contacto directo en su pie, la cuestión es tirarse como si se tratara de un pisotón exagerado, que ya se encargará el VAR, con su estufita en Las Rozas, de ver las imágenes y corroborar que efectivamente el contacto existe. ¿Suficiente para derribar y para decretar penalti? Uff, basta ver las imágenes de Lucas Boyé para comprobar que parecía lesionado de gravedad antes de la revisión y se reía no más hacer el cuadradito de la televisión y decretar el punto de penalti.

Fútbol de la contemporaneidad, estrategias para sacar provecho de esos lances y ya lo hacen todos, sin duda. El caso es que Fidel transformaba el máximo castigo en el minuto 7 y sólo dos después una pérdida de Juanmi, en la que éste también intenta cobrarse una falta de Palacios sin éxito, porque cae cuando pierde el balón y no al mismo tiempo del empujón, acaba con el segundo tanto del Elche, en este caso a través de un Lucas Boyé que aprovecha la descolocación de los medios centro verdiblancos para llegar con facilidad al borde del área.

El Betis va perdiendo por dos a cero en el minuto 9 frente al colista de la categoría, ante ese Elche que sólo había conocido el sabor de la victoria una vez contra el Villarreal de Quique Setién. Pero aún resta un mundo, concretamente 80 minutos más sus correspondientes alargues, y es cuestión de dar un paso adelante para aprovechar que el rival deja muchos espacios a sus espaldas. Una buena jugada de Juanmi acaba con un mal remate (22’), después Ayoze tiene una oportunidad en la que debió sacar mucho más rédito que ese disparo televisado para la palomita de Édgar Badía (23’). La ristra de llegadas es amplia, aunque los visitantes no son capaces de darle más valor a un cabezazo flojo de Ayoze (27’), una falta de Fekir (36’) o una rosca alta de Ayoze (39’).

Pellegrini no espera más y en el mismo descanso intenta agitar el árbol para que las frutas vayan cayendo por maduras. El Betis sí tiene paciencia ahí, no se vuelve loco ni se mueve con ansiedad, algo que sería una constante en todo el segundo periodo. Es más, las llegadas son menos pero, sin embargo, ya tienen muchísimo más peligro. Salva Clerc entre los tres palos, por ejemplo, un tiro de Joaquín que ya parecía gol (50’) y después Édgar Badía hace una palomita ante Ayoze (53’).

Después llegaría la jugada decisiva de la expulsión de Magallán en la que el árbitro de VAR decide que hay peligro de gol pese a que la mano admite muchas interpretaciones. A partir de ahí, al Betis se le pone el sendero cuesta abajo y sabe no volverse loco con esa ventaja. Recorta en un penalti claro de Tete Morente, empata en un centro de Miranda que busca Borja Iglesias y deja correr el tiempo sabedor ya de que llegará el tercero. Lo puede conseguir Borja Iglesias en el penalti más dudoso, pero Édgar Badía se lo detiene y encima el gallego no empuja el rechazo. Y, por último, Willian José transforma otro penalti que sí lo parece por manos de Enzo Roco. Elche, 2; Betis, 3. Los seguidores de la fe balompédica radicada en Heliópolis tienen motivos de sobra para festejar, claro que sí.

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