Sparta Praga - Betis | Crónica

La racha del Betis como invicto se queda en 13 (1-0)

  • Los verdiblancos caen cuando parecía que tenían más que controlado el partido contra el Sparta Praga

  • Un gol de Haraslín en el arranque de la segunda mitad dejó sin capacidad de reacción a la escuadra de Pellegrini

  • Así le hemos contado el Sparta Praga-Betis

Marc Roca y Pezzella, con el resto de sus compañeros detrás, aplauden a los aficionados béticos.

Marc Roca y Pezzella, con el resto de sus compañeros detrás, aplauden a los aficionados béticos. / Vlastimil Vacek | Efe

Punto final para la extraordinaria racha del Real Betis Balompié en su partido número 14 desde que perdiera la última vez en una cita oficial. La anterior fue precisamente en la primera jornada de este Grupo C de la Liga Europa, cuando le tocó visitar al Rangers en Glasgow y cayó por un resultado idéntico, por un uno a cero. Sucedió lo mismo en Praga contra el Sparta y también se produjo de una manera inesperada, pues todo parecía conducir a un nuevo éxito hasta que llegó ese gol de Haraslín en los primeros compases de la segunda mitad.

Y lo peor de todo fue que los verdiblancos demostraron escasa capacidad para reaccionar en el cuidado césped del Generali Stadion, donde el histórico club checo disputa sus encuentros como local. El Betis estaba teniendo una tarde relativamente plácida, sin mayores sobresaltos, pero desde ahí no fue capaz de alcanzar la igualada a pesar de las dos ocasiones claras que tuvo Isco. Una fue en un remate poco después del tanto local que sacó Panák casi en la línea de gol, aunque fue fácil para el defensa checo (58’); la otra se produjo en un centro del malagueño que se fue envenenando y que salió a escasos centímetros del segundo poste cuando unos no habían llegado al remate y otros no habían podido despejarlo (81’).

Los intentos de Pellegrini para acumular gente en el área checa y poder evitar de esta forma la primera derrota tras 13 partidos no tuvieron éxito en esta ocasión. El Ingeniero metió a más delanteros puros que nunca. Acabó con Willian José y Borja Iglesias, además de Ayoze, que también se fue a zonas interiores, pero las soluciones no le sirvieron. Es más, el Betis se sintió algo más débil en la zona de atrás y sufrió un susto en una internada de Laci sin rematador final (89’). Sin Guardado y con Isco más atrás, las pérdidas se incrementaron y también la inseguridad de un equipo que rara vez llega a descomponerse. Ni siquiera en fases cortas de tiempo.

Tarjeta a Guido Rodríguez

Para colmo, se produjo una jugada que tampoco era la mejor con vistas a la última cita contra el Rangers, donde le bastará el empate para clasificarse y el triunfo para no depender del Sparta Praga. Guido Rodríguez comenzó a pugnar con un defensa en el lanzamiento de un saque de esquina sobre la misma raya de gol de la portería en su afán por estorbar al guardameta danés Vindahl. El medio centro argentino vio la tarjeta amarilla y no estará en la última cita de este grupo de cuatro equipos. Hubiera tenido su lógica en caso de llegar ya clasificados los verdiblancos, mucho menos la tiene en un partido que ahora sí puede tener su importancia.

Pero eso pertenece al futuro, está a dos semanas vista y lo que conviene es analizar los motivos de la primera derrota del Betis después de mucho tiempo, un resultado que le puede complicar su clasificación por mucho que siga siendo el gran favorito ante el Rangers. En la teoría, iba a ser una tarde muy cómoda para los verdiblancos en su visita al histórico Sparta Praga. Habían revertido de sobra la primera derrota contra el Rangers y la cuestión a dilucidar era si alcanzaba la primera plaza de forma definitiva o debería esperar a la última cita contra los escoceses. Además, Manuel Pellegrini sí le añadía un aliciente de tremendo valor al choque con la presencia, por primera vez, de Nabil Fekir en el once inicial.

Titularidad de Fekir

En la práctica no fue así, lo de la clasificación, por mucho que hablar de Fekir en el equipo sean palabras mayores, sin duda, para todo el que siente en verdiblanco. El francés no había estado en una alineación titular desde que sufriera una nueva lesión de rodilla a finales de febrero, desde entonces se había esfumado esa magia que mana de las botas del zurdo y éste era un nuevo paso más al frente para volver a disfrutar de su fútbol. Los béticos son conscientes de ello y nada más que por eso merecía la pena tragarse el frío de Praga para presenciar el choque en directo o sentarse junto a un calefactor en Sevilla para disfrutar de la tarde balompédica.

Assane Diao, el mejor jugador bético en Praga, intenta una internada. Assane Diao, el mejor jugador bético en Praga, intenta una internada.

Assane Diao, el mejor jugador bético en Praga, intenta una internada. / Vlastimil Vacek | Efe

El juicio sobre el estado de Fekir, sin embargo, deberá esperar a días mejores, pero para llegar al final de esa escalera que tanta ilusión provoca hay que ir ascendiendo los escalones uno a uno. Ya se subieron los primeros con los minutos de juego en su reaparición y esta vez incluso se saltaba uno de dos en dos al ver el nombre de Nabil Fekir en la hojilla de las alineaciones de la UEFA. Es indudable que aún le queda bastante para llegar a su estado de forma de ideal, para volver a encandilar con su desequilibrio constante, pero son necesarios estos pasos hasta que se produzca esa situación. Incluso cuando sólo está un tiempo sobre el césped por ese rodillazo que sufrió en su cadera.

Fekir era una de las nueve novedades que introducía Pellegrini en el equipo inicial en su política de rotaciones constantes para tener a todos los integrantes de la plantilla en estado de alerta absoluta. Sólo Pezzella y Guido Rodríguez, los únicos que parecen intocables a día de hoy, junto a Isco, claro está, repetían en la alineación respecto al equipo que derrotara el pasado domingo a Las Palmas en el Benito Villamarín. El resto, hasta nueve, estaba absolutamente fresquito, nunca mejor dicho, para la gélida tarde de Praga.

Eso sí, volvía a ser una escuadra de garantía, ya que los suplentes de este Betis seguramente sean mejores que los titulares del Sparta Praga si se dilucidara entre ambos un match de ajedrez, que es un valor mejor para medir estas cosas que un solo partido, pero el fútbol no se juega con ese sistema de competición, es un día a día constante y está prohibido perder. Sin embargo, los béticos impusieron su mando en el arranque desde un tiro de Assane Diao con la izquierda (11’). Después se produciría una llegada de Fekir (14’) y, sobre todo, una ocasión clarísima de Borja Iglesias, que recortó tras un pase de Assane Diao y no pudo evitar la salida del guardameta, al que ya tuvo encima cuando salió del quiebro (27’).

Un mago por otro

No sucedería mucho más en ese primer periodo, demasiada tregua, y en el intervalo iba a llegar la sustitución de Isco por Fekir, de un mago por otro, por el problema físico del francés. El Betis debía dar un paso adelante para buscar el triunfo, pero lo que recibió fue el gol de los checos en una jugada que nace en un saque de banda y en la que los locales tuvieron más facilidades de la cuenta. Un buen control de Kuchta ante Guido Rodríguez, una apertura a la izquierda y un disparo cómodo para Haraslín (54’).

El Betis había sufrido un revés inesperado, pero tenía tiempo de sobra para reponerse de ese golpe. Los verdiblancos, lógicamente, dieron un paso adelante, Panák salvó un gol de Isco en un remate dentro del área, pero los minutos comenzaron a pasar de forma demasiado rápida y lo cierto es que los cambios que ordenaba Pellegrini no tenían esta vez un efecto positivo sobre los suyos. Demasiados delanteros, incluso, en el tramo final y eso no siempre es sinónimo de atacar mejor.

Cierto que pudieron marcar Borja Iglesias en un cabezazo fuera (77’) e Isco, en el centro que se fue por muy poco, pero tampoco sería justo obviar que el Sparta rozó el segundo en una internada de Laci ante la indecisión de Guido Rodríguez y Marc Roca (89’). El Betis, en definitiva, había perdido su aura de imbatibilidad en la fría noche de Praga y ahora se ve obligado a un último esfuerzo contra el Rangers. Cuestión de ganarle a los escoceses al calor del Benito Villamarín y a volver a montarse en esa ola de los éxitos, no hay más.

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