Pellegrini tiene la palabra
Desde mi córner
El desquiciamiento que está pasando el equipo sólo puede sanar en la intimidad del vestuario
TODO está en manos de Pellegrini y él es el indicado para que el Betis vuelva a la normalidad y salga del estado de desquiciamiento que sufre. A la surrealistamente injusta expulsión de Canales en Carranza sucedió la lesión de Fekir y eso lo nota el equipo más de lo que debiera. Por supuesto que la onda de resultados no sufrió una mengua excesiva, pero se nota que el equipo ha perdido parte de esa serenidad que le llevó a donde está.
Curiosamente, las dos citas con el Cádiz han influido en este desquiciamiento. Aquella expulsión que el inefable Mateu perpetró con un futbolista modélico ha desencadenado una dinámica que se agravó con la sanción de cuatro partidos por decir lo que pensaba. Lo que pensaba él y parte de la Humanidad, que el valenciano había pasado a los anales por expulsar a un futbolista intachable. Y como esto conllevó la postura de ir a la justicia ordinaria todo se ha desbocado.
Con la determinación que mostró Cuadra en sacarle la roja al cerebro bético dio la impresión de ir de justiciero con un futbolista que había osado dudar de la honestidad de un compañero. La jugada era de amonestación, pero nunca puede ser roja cuando un compañero iba al quite, que es lo que Édgar se disponía a llevar a cabo. Roja con más de medio partido por delante una vez más, que no hay equipo en Primera que haya jugado tantos minutos en inferioridad como el Betis.
A partir de ahí, un segundo tiempo de locura en el que Cuadra pudo hacer aún más sangre, pero ya no hacía falta. El Betis se había desquiciado y ya sólo queda intentar que las aguas vuelvan a su cauce desde una tranquilidad recobrada. La jornada fue mala para el Betis, pero la situación no es para que los nervios se desaten. En manos de Pellegrini está reconducir las cosas y no cabe la menor duda de que sabrá qué teclas ha de tocar para que su gente vuelve a su ser.
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