Como en el día de la marmota, Quique Setién volvió a referirse a la falta de suerte o efectividad en el último pase o en el remate para explicar la derrota ante otro rival que "se encerró con 10 jugadores atrás y acertó en un contragolpe", apuntó el técnico, quien, sin embargo, matizó que "la primera parte fue muy mala".

"Esto ya nos pasó en otras ocasiones; una derrota inesperada con la que no cuentas a priori, pero otras veces ya nos pasó y nos sobrepusimos rápidamente y estoy seguro de que lo haremos de nuevo", explicó el cántabro, que volvió a apuntar a esa falta de inspiración para cambiar la dinámica: "Cuando el rival acumula tanta gente atrás no es fácil, porque hay mucho tráfico en la zona decisiva. En la primera parte el equipo jugó muy acelerado; no estuvimos bien y actuamos con mucha precipitación", explicó el preparador heliopolitano, para quien el Betis "tuvo 30 minutos muy buenos tras la reanudación en los que debió resolver". "Nos pasó lo de siempre, que hay que acertar. Hacemos todo lo que tenemos que hacer, pero nos falta ese punto..., no sé si suerte, calidad o inspiración para tomar buenas decisiones. Ellos han tirado dos veces y han marcado un gol, nosotros 20 y hasta en varias ocasiones el disparo rebotó en un compañero", afirmó Setién.

"Siempre intentas cambiar cosas, pero lo que no vamos a modificar es la actitud del rival, que se encierran atrás. No es cuestión de sistemas o dibujos, porque la actitud del contrario no la vamos a cambiar. Tenemos facilidad para tener el balón y llegamos al área contraria, aunque es verdad que necesitamos más finura para acabar las acciones. Encerrarnos atrás y contragolpear sería una solución, pero no la contemplo", destacó Setién, que incidió en la "falta de inspiración para empezar ganando y obligar al rival a abrirse".

¿Soluciones? "Seguir como estamos, tratando de generar ocasiones y que el rival no te las cree", señaló el entrenador verdiblanco, para quien el público "manifestó con sus pitos la misma frustración que tenemos nosotros, porque yo estoy cabreado". "Pensaba que íbamos a ganar y que la afición pite al final del partido me parece perfecto", añadió.

"Estamos en una buena dinámica mirando las cosas a largo plazo, aunque en el corto parezca frustrante. Este año no sé si será mejor que el anterior, pero el equipo sigue creciendo y no podemos ponernos nerviosos", aseguró el técnico.