Real Betis

Variedad donde no la había

Aleñá, durante uno de sus primeros entrenos como verdiblanco.

Aleñá, durante uno de sus primeros entrenos como verdiblanco. / Antonio Pizarro

Si ha acertado o no es algo que se vislumbrará con el paso del tiempo, pero el Betis se ha movido con indiscutible rapidez en este mercado invernal. Es también claro que las incorporaciones de Carles Aleñá y Guido Rodríguez, añadidas a la ya cercana recuperación de William Carvalho, van a ofrecerle a Rubi un amplio catálogo de perfiles en el centro del campo. Si el técnico ha tenido que ser imaginativo en buena parte de la primera vuelta de Liga, en la segunda va a disfrutar de variedad de alternativas en la zona ancha.

El de Vilasar de Mar no lo ha tenido fácil en esta mitad inicial del campeonato. Su preferencia por alinear cuatro hombres en la última línea y no cinco –como disponía Setién la temporada pasada– estuvo reñida con la falta de efectivos que padecía el plantel verdiblanco en esa zona. Rubi recurrió a muchas fórmulas entre el verano y el otoño sin encontrar la buena hasta noviembre. Javi García o Kaptoum no tardaron en mostrar que estaban por debajo del nivel del resto. El entrenador llegó a recurrir al canterano Ismael Gutiérrez, de 19 años y recientemente cedido al Alavés.

Fue la decisión de incluir una figura de líbero, realizando éste tareas mixtas entre la medular y posiciones más defensivas, la que hizo que Rubi sanease el juego de su equipo. Entre Bartra, las apariciones de Édgar y la notoria implicación de Guardado permitieron al Betis terminar el 2019 con otro sabor. Sin embargo, la cifra de efectivos de garantía en esas posiciones aún era muy corta.

Es por ello que el Betis necesitaba fortalecer ese área con urgencia. Y quizás sabiendo que era un trabajo que ya debieron hacer en agosto, la entidad verdiblanca tuvo muy definidos sus planes una vez se acercó enero. Aleñá, de hecho, llegó a Sevilla varios días antes de que arrancase el 2020.Algo más costoso resultó traer a Guido Rodríguez. Pero el argentino se pondrá a las órdenes de Rubi igualmente pronto si se compara con los refuerzos invernales de otros años. Además, el técnico va a tener a su disposición no a dos, sino a tres centrocampistas más de los que tenía hace veinte días. Pues Carvalho cada vez está más integrado en el grupo. Al portugués, operado de una hernia discal en octubre, se le espera de regreso en el césped entre finales de enero e inicios de febrero.

En poco tiempo, los recursos en esa zona ancha se van a multiplicar para los béticos. En esa necesaria demarcación de cierre, Guido Rodríguez debería dar al equipo mucha más consistencia de la que tiene. Los heliopolitanos, que en este curso han visto a Javi García llegar tarde a muchos balones divididos y perder el poderío que siempre ha tenido en las disputas aéreas, suman a un jugador diferencial en esos lances. Aunque está por ver su adaptación al fútbol europeo, Rodríguez es un 5 fortísimo en los choques e intuitivo a la hora de meter el pie o abortar segundas jugadas. Algo que tampoco Carvalho ha ofrecido a los verdiblancos en esas labores de contención. Incluso teniendo en esa posición a Bartra, jugador formado en fundamentos defensivos, ha desprotegido el Betis el carril central en ocasiones.

En lugares más avanzados, donde antes Canales y Guardado casi no tenían recambios de nivel, Aleñá y Carvalho van a dar calidad y diversidad a la paleta de Rubi. Pese a ser todos ellos interiores, hay diferencias interesantes entre los cuatro. El mexicano, por ejemplo, ha demostrado en distintas fases de su etapa en el Betis que puede ser un buen escudero del centrocampista más retrasado. Es capaz de hacer esa falta que detiene un contragolpe rival y a la vez puede encargarse de recogerle la pelota a uno de los centrales y darle salida cuando el pivote esté cubierto. Canales y Aleñá, en cambio, son más propensos a conducir y dividir atenciones, a llevar el esférico hasta los tres cuartos. Come aparte Carvalho.

La capacidad de gestión del luso la han echado mucho de menos sus compañeros en esta primera mitad del campeonato. Guido Rodríguez lo va a adelantar enseguida en esa posición en la que suele jugar en la escuadra bética. Pero al mismo tiempo, el argentino podría permitir que Carvalho sea situado más arriba, un reclamo habitual entre algunos aficionados verdiblancos.

Después meses de escasez, Rubi va a tener alternativas de sobra para conformar su mediocampo. Y eso seguramente signifique que el Betis pueda controlar los partidos más de lo que lo ha hecho hasta el momento.

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