Amrabat, el equilibrio que esperaba el Betis
El internacional marroquí dio a la medular la consistencia necesaria para que Fornals y Lo Celso pudieran pensar más en crear el juego de ataque
Una columna vertebral que no sale del once titular
Los números no hacen más que avalar la sensación que tuvieron todos los que salieron de La Cartuja o quienes vieron el partido por televisión: la presencia de Amrabat dio al Betis el equilibrio que necesitaba en el centro del campo. El internacional marroquí, en su primera titularidad, dio muestras de todo lo que puede aportar, desde el físico al desplazamiento en largo; las recuperaciones de balón y los intentos desde lejos. Un futbolista completo que es lo que necesitaba el conjunto de Manuel Pellegrini, que por momentos perdió la batalla en la medular en otros partidos partiéndose el equipo en dos. No pasó eso contra la Real, lo que debe ser una tónica a seguir en esa búsqueda de un once tipo, por mucho que el Ingeniero sea un entrenador que tira de rotaciones, y una forma de jugar.
Y es que con Amrabat por detrás, Fornals y Lo Celso tuvieron que preocuparse algo menos de defender para pensar más en lo que mejor saben hacer: mirar a la portería rival. “Es un animal. Tenerlo atrás nos ha liberado a Lo Celso y a mí para mirar a la portería rival”, explicó el propio castellonense tras la victoria frente al cuadro donostiarra.
Cedido por el Fenerbahçe por una temporada, por momentos pareció incluso que él solo se bastaba para cubrir el tradicional doble pivote del dibujo táctico de Pellegrini, de forma que Fornals, en este caso, podía ser más protagonista en la creación y en la salida del balón desde atrás. Ganó 3/6 duelos aéreos y 4/6 por abajo, firmando ocho recuperaciones de balón, bloqueó un remate, cometió una falta (la de la tarjeta amarilla), disparó desde lejos dos veces y cometió dos pérdidas. Ningún pase en el último tercio del campo, lo que indica que tiene muy claro cuál es su función sobre el césped. Ninguna arrancada como las que intenta Sergi Altimira ni pases en largo como los de Marc Roca (aunque tiene capacidad para ello). Amrabat sabe qué es lo que hace bien y cuál es su principal función.
Pellegrini ya tiene su ancla. Sin Guido Rodríguez, con el que se negoció al final del mercado estival, ni Johnny Cardoso, faltaba un jugador con ese perfil determinado y ya en su debut frente al Levante aportó al Betis una variante en esos momentos en los que toca arriesgar jugando con un solo mediocentro para disponer de más futbolistas en la zona de ataque. Y cuando el choque requiera mayor contención, colocar a Sergi Altimira o Marc Roca junto a Amrabat es otra alternativa para el técnico bético.
Abarcaba mucho campo Amrabat y supo manejarse buena parte del encuentro con una tarjeta amarilla, que no le pesó nada. Inteligente, presencia y carácter, ya que sobre el césped mandaba a sus compañeros, dialogaba activamente con el colegiado y daba tranquilidad, ofreciéndose siempre al resto de jugadores, quienes lo encontraban siempre cerca a la hora de sacar el balón. Es lo que intentó Junior en la acción del empate de Brais Méndez, pero el lateral no ejecutó bien el pase, una faceta en la que el protagonista no falló: 48/50 efectivos.
Amrabat puede ser uno de esos futbolistas con la capacidad de hacer mejores a sus compañeros. Y no sólo a los que tenga por delante, en este caso Fornals y Lo Celso, sino también a los extremos, que pueden arrancar desde posiciones más adelantadas al contar a su espalda con un coche escoba que además de físico y una gran capacidad para ganar la posición con el cuerpo es veloz, sabe colocarse y cuenta con la necesaria intuición.
La temporada es larga, no obstante y no hay que pensar ni que lo vaya a jugar todo ni siempre bien. Pero es una alternativa que, por condiciones y experiencia, permite a Pellegrini muchas variantes: desde jugar solo a hacerlo con otro medio defensivo o incluso con otro de perfil más ofensivo. Y opciones es lo que más le gusta tener al entrenador heliopolitano, sobre todo ahora que arranca ya la Europa League y el Betis empezará a jugar cada tres o cuatro días. La temporada pasada disputó un total de 43 partidos (3.244 minutos) y este curso con el Mundial en el horizonte, para el que Marruecos ya está clasificado, sin duda es un acicate más para rendir al más alto nivel.
Tanto él como Manu Fajardo ya advirtieron que su cesión es por una campaña y tiene contrato con el Fenerbahçe hasta 2028. “En el fútbol puede pasar cualquier cosa”, dijo en su presentación, aunque prefiere centrarse en un presente en el que, de momento, ha caído de pie en un Betis que con Amrabat en el campo acumula cuatro goles a favor (los tres ante la Real y otro de Fornals contra el Levante) y sólo uno en contra, el de Brais Méndez en La Cartuja propiciado por el error de Junior.
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