Getafe - Real Betis | La crónica

Como balas de algodón (2-0)

  • El Betis no asimila la caída del ‘glamour’ de Milán a una prosaica mañana en Getafe y enlaza su tercera derrota seguida en la Liga

  • Otra vez acabó el portero contrario sin ser exigido

Las imágenes del Getafe-Betis

Las imágenes del Getafe-Betis / Inma Flores

Se lo temían los doctos en esa asignatura de Letras, nada más alejada a una Ciencia, denominada Betis. Temían que tras una noche de dos orejas y rabo sobreviniera una espantá. Que tras el baño de glamour y la histórica y festiva exhibición ante el Milan, la vuelta a la Liga, y además en su vertiente más prosaica, con un partido de mediodía en Getafe, podía acabar en otro salto al callejón. Y así fue. Jorge Molina, que no celebró el gol por su filiación verdiblanca de por vida, y Foulquier tumbaron a los de Setién con sus goles en dos minutos, el 60 y el 62.

Los béticos, tras su tercera derrota seguida en el campeonato y sus tres partidos consecutivos sin marcar, quedan en una situación ciertamente incómoda, en tierra de nadie en la tabla, cuando las exigencias ya son otras por plantilla y presupuesto. Un equipo que marca cinco goles en 900 minutos largos de juego tiene un mal que urge cercenar de raíz. Porque la temporada, que venía cargada de ilusión con todo fundamento, se está torciendo peligrosamente.

Todo salió como pensaba Pepe Bordalás y como se temían los seguidores heliopolitanos, que recibieron a los suyos cantando con orgullo el fantástico himno y lo despidieron convencidos de que si ellos siempre se apiñan en la grada como balas de cañón, sus jugadores, en demasiadas ocasiones, se apiñan en el campo como balas... de algodón. No cabe más candidez. Y más si enfrente aguardan los once del patíbulo...    

El histórico triunfo en San Siro convenció a Quique Setién de mantener los dos puntas en la vuelta a la Liga. Loren volvió a la titularidad en detrimento de Sergio León y acompañó a Sanabria arriba. Por detrás, no demasiadas modificaciones con respecto a Milán: Joel Robles por Pau López en la portería y Boudebouz por Canales como interior por la derecha, que no diestro.

La pelota echó a rodar y fue bética dos de cada tres segundos, como casi siempre. Pero del peligro, ni mu. El Betis suele jugar las primeras partes con un molde que desdeña la portería contraria. Ni un solo gol han hecho los de verde y blanco antes del intermedio en esta Liga.

La puesta en escena fue vehemente. Lo Celso pareció dispuesto a repetir su soberbio papel del pasado jueves en el interlineado, mirando más a su siniestra que a la derecha para buscar a Júnior en la cal o a Loren de espaldas o en desmarques al área. William Carvalho empezó con buen son, ganando metros en sus arrancadas y dibujando buenas aperturas, como una a Barragán que acabó en un córner que, con el gran golpeo de Boudebouz, fue más peligroso de lo que el remate de Sidnei hizo creer (6’).

Parecía que el Betis ahormaba otra vez el partido según el guión de Setién, como tantas veces, y que esta vez sí podía añadir pólvora a sus acometidas.

Pero un error atrás metió un palo en las ruedas béticas y todo se bloqueó. Barragán cedió desde la derecha a Bartra un balón envenenado, el internacional no controló bien y Ángel, el denominado delantero ratonero, se encontró de repente con un gol regalado. Estaba vendido a su suerte Joel Robles. El canario tenía los dos ángulos abiertos pero, con su derecha eligió el más forzado y la envió fuera (8’).

Diez minutos más tarde, un error del portero en la salida en corto del juego desde atrás acabó en un tiro seco de Maksimovic que repelió con brazo recio el propio Joel Robles. En el remate posterior de Foulquier, bien respondido por la zaga, el getafense estaba en fuera de juego.

Esas acometidas le cambiaron el paso al Betis. Los de azul acudieron con coordinación y agresividad a la innegociable salida en corto de los de verde, que sólo se animaron en una contra que acabó en una volea muy cruzada de Barragán (27’). El Getafe dispuso más minas en la hierba que el Milan. Muchas más. Foulquier, Maksimovic, Arambarri y Amath fueron cuatro zapadores y Lo Celso y Boudebouz quedaron desactivados más arriba. El argentino sí hizo por bajar a tocar más la pelota, pero ahí su verticalidad ya no fue la misma que la de San Siro. Los dos puntas, por su parte, recibieron tarascadas en cuanto trataban de recibir de espaldas y aunque Loren no se rindió, Sanabria le cogió asco a la mañana.

Todo era susceptible de mejorar tras el descanso. Pero lo que hizo fue empeorar. El Getafe dio un giro de tuerca en sus revoluciones. Y Jorge Molina dio el primer golpe al mentón. La abrió a su derecha a Ángel, fue a remate amagando el primer palo, burló a Bartra al colársele por detrás y el centro del menudo delantero canario fue al sitio justo entre el central y Joel. Molina sólo tuvo que alargar la pierna e impactar.

Quedaba más de media hora, pero el Betis no tuvo ni tiempo de reparar en ello cuando otro erróneo pase de Joel Robles provocó que Foulquier, de repente, encontrara un pasillo ante la portería. Aguantó el choque con Júnior, fintó a Sidnei y tuvo aún la pausa para realizar otra finta y acomodarse el remate con la izquierda. Un golazo que terminó de llevar al Betis a la lona.

Antes de los goles ya estaba preparado Canales para relevar a un perdido Boudebouz. Y el cántabro, desde la izquierda, al menos desbordó y ganó la línea de fondo asociado con Tello, que entró por Sidnei para cambiar a 4-3-3.

Así trató Setién de sacudir el árbol, pero lo que cayeron fueron dos cabezazos de Loren, uno fuera a centro de Barragán y otro a las manos de David Soria tras servicio de Júnior desde el otro costado. También cayó un tiro raso y centrado de Canales que abrazó con placidez el portero, como ya hizo en la primera parte con otro ensayo de Carvalho. Setién contabilizará esos dos inocentes lanzamientos como ocasiones. Y mientras su Betis, que se diría todo de algodón, varado en tierra de nadie.       

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios