Cucho Hernández, un ariete con muchas más salidas futbolísticas
Nombres propios
El colombiano abrió el camino del triunfo con un cabezazo de '9' puro, pero no es un delantero al uso al no ser muy alto y jugar también para el equipo
La crónica del Betis-Valladolid
Fiesta final para todos los béticos después de un partido en el que también supo sufrir la escuadra de Pellegrini en algunos momentos en los que el Valladolid fue capaz de incomodarlo. Pero la calidad se impuso y la media hora final tuvo un fútbol brillante y efectivo ante el gol.
Cucho Hernández | Lo dicho, es un gran delantero y encima generoso
No es un futbolista demasiado alto y eso tal vez lleve a algunos a confundir sus características. Es un delantero puro, le gusta jugar de ‘9’ y la única diferencia estriba en que no es estático y sí le gusta moverse para abrir espacios y también para tocar el balón con calidad para sus compañeros. Su remate picado en el 2-1 demuestra que también sabe ejecutar esa suerte de los delanteros puros, pero aún más brillante fue incluso la pared que le hace a Perraud para el zambombazo de éste.
Perraud | Le dio más profundidad a la banda y sumó un golazo
Fue uno de los tres cambios que ordenó Pellegrini a la hora de juego, entró por Ricardo Rodríguez y su presencia, como la de Aitor Ruibal por la derecha, le dio mucha más profundidad a su equipo. Si encima marca el golazo que hizo, con ese zapatazo impresionante cruzado tras el brillante pase de Cucho Hernández, es evidente que fue un acierto pleno su entrada.
Antony | Se metió en una batalla que no tenía mucho sentido
El brasileño, como siempre, salió con muchas ganas de agradar, pero se fue gustando después del gol de Jesús Rodríguez e incluso pudo originarle un estropicio a los suyos cuando se picó con el lateral Aznou y se puso en peligro de una posible expulsión. Hernández Maeso le tuvo que llamar la atención y eso es algo que tiene que controlar. Su fútbol es mucho mejor cuando juega con menos arabescos.
Isco | Roba el balón de su gol, lo que indica compromiso
El nivel de compromiso de la gran estrella verdiblanca es algo que no puede ser cuestionado por absolutamente nadie. La mejor prueba de ello fue que en la acción de su gol, el tercero, el malagueño es el que roba el balón en el intento de salida del Valladolid. A partir de ahí abre a la derecha, Antony se la da a Aitor Ruibal y éste le pone el pase de la muerte para que marque con calidad.
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