Isco, sin temor alguno a delegar en último tercio
La efectiva aparición en el once bético de Jesús Rodríguez y Antony secunda fiablemente en ataque al costasoleño
El Límite de Coste de Plantilla Deportivo (LCDP) del Betis se reduce ligeramente

Sevilla/Rara era la vez en que Isco no lograra ser el MVP en cada uno de los partidos del curso pasado. Hasta la acción en la que sufrió una fractura en el peroné izquierdo en la jornada 36 ante Las Palmas, el malagueño tenía en su poder todas las llaves de su equipo. De manera orgánica llegaba a conocer todas las respuestas y su área de influencia era total. Hasta en defensa se aplicaba. Con ese traje en la manera de jugar, el Betis salía favorecido. Él se sentía cómodo así, mas nunca ha sido una carga para el costasoleño dirigir la orquesta, razón por la que la plantilla de Pellegrini obtenía un beneficio mayúsculo a cambio de la alta carga de responsabilidades que, por otro lado, digería bien.
Después de ese accidente con el jugador grancanario Saúl Coco en los últimos sorbos de la temporada 2023-24, el Betis no volvió a ganar un partido de LaLiga hasta seis jornadas después. Fue ante el Leganés en la quinta jornada del presente ejercicio, pues el partido ante el Getafe, correspondiente a la tercera fecha del calendario liguero, quedó aplazado por los iniciales compromisos europeos del club heliopolitano.
Casualmente, ante los pepineros, llegó el reestreno de Gio Lo Celso con el Betis. Sin necesitar proceso de (re)adaptación porque había enfilado años antes el mismo túnel de vestuarios que ahora lideraba Isco, el campeón del mundo asumió las tareas del prestidigitador español mientras éste pasaba por quirófano tras una recaída que adicionó más tiempo de baja del esperado.
Entre aquel proceso de recuperación empezaron a generarse ciertas inquietudes sobre si los dos talentosos futbolistas podrían convivir sobre el césped. Un interrogante que sigue sin resolverse realmente tras haber coincidido juntos desde el inicio en cuatro ocasiones –dos victorias, un empate y una derrota–. En la última ante el Gent con Lo Celso arrancando desde el doble pívote y no desde la banda derecha como había hecho ante Rayo, Huesca y Valladolid.
La 'liberación' de responsabilidades
No obstante, ha sido desde los extremos donde Isco ha encontrado cierta liberación en sus responsabilidades. Antony y Jesús Rodríguez han sido los suplementos que necesitaba. No es que el futbolista cedido por el Manchester United o el canterano le hayan robado el protagonismo, es que ahora éste es compartido. Son coprotagonistas de una obra en la que Pellegrini sólo tiene que devanarse los sesos para tratar de colocar a Lo Celso.
Ahora, aunque con el argentino fuera por, como mínimo, las próximas tres semanas, Isco no sentirá temor a delegar en el último tercio del campo. Podría sentirse así incluso más líder porque ahora tiene a dos primeros espadas que lo secundan de verdad en ataque. Languidecía el conjunto verdiblanco con una sociedad tan limitada, reacia a dominar el juego ofensivo con la firmeza de sus nuevos alas. Antony ha demostrado en cuatro ratos tener principios de esa virtud que es el liderazgo sobre un terreno de juego y Jesús Rodríguez... bueno, Jesús Rodríguez es un inconsciente en el mejor sentido de la palabra. No rehúye a desenfundar el arma ni ante el defensor más férreo.
En el caso del brasileño, titular desde el minuto uno de su desembarco en Heliópolis, destaca que ha sido valorado como mejor jugador del partido por la retransmisión del encuentro en los tres envites ligueros que ha disputado. Disfruta haciendo disfrutar al público. “Lo más importante es ser feliz y yo estoy muy feliz en el Betis. Aquí puedo mostrar todo mi fútbol”, afirmaba Antony hace días.
Y Jesús Rodríguez sigue acortando plazos con fiabilidad en ese proceso que se le presupone a un chico del filial. La única debilidad parecen ser los esfuerzos prolongados. El salto de dos categorías pesa, el ritmo de juego es mucho más acusado y aunque el alcalareño tenga un cambio de ritmo prodigioso, el paso de los minutos lo desgasta a mayor velocidad que al resto de sus compañeros. Es cuestión de tiempo.
Este reparto de responsabilidades sólo puede tener lecturas positivas para Isco Alarcón, más desahogado y enfocado en la construcción, equilibrio y regularidad que persigue el cuerpo técnico del Betis.
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