Un molde habitual en Europa para el partido que Pellegrini soñó

La calidad de Lo Celso basta para ganar sin el peaje del desgaste ni las lesiones y aclarar quiénes son los titulares

Así jugaron los futbolistas del Betis ante el Ludogorets

Bakambu acelera ante Chochev.
Bakambu acelera ante Chochev. / Borislav Troshev (Efe)

En estos partidos europeos en sitios inhóspitos, con clima desagradable y ante rivales casi desconocidos, los entrenadores anhelan ganar sin el peaje del desgaste ni de las lesiones. Y si además les sirven para sacar conclusiones sobre quiénes son sus jugadores titulares y quiénes no, tanto mejor. Y todo eso sucedió en la lluviosa tarde-noche búlgara. El Betis ganó conducido por Lo Celso, jugó sin exponer lo más mínimo y ya tiene claro Pellegrini que Aitor Ruibal, Junior, Riquelme, Altimira o Bakambu están un punto o dos por debajo de los Bellerín, Ricardo Rodríguez (sin que el suizo convenza), Marc Roca, Abde o el Cucho. Y por supuesto, huelga hablar del Chimy ante Antony...

Defensa

En la primera parte, la principal amenaza, más peligrosa por el flojo desempeño de Aitor Ruibal y Junior que por el fútbol de sus pares, partía de los extremos. Erick Marcus por la derecha del ataque del Ludogorets y sobre todo Caio Vidal por la izquierda arrancaban y les buscaban con éxito las vueltas a los laterales béticos. A Ruibal le pesó muchísimo la amonestación que vio al cuarto de hora de partido, que le condicionó su habitual juego impetuoso y sin reservas, mientras que Junior seguía muy mal colocado y sin capacidad de reacción para guarecer la línea de fondo. Ambos defensores acabaron la primera mitad con amarilla.

En zona de remate, los centrales Natan y Valentín Gómez sí sujetaban mejor a Bile en ese juego al espacio que propusieron los locales.

El jugador que atacó con más sentido y peligro de los locales tras el descanso fue, paradójicamente, el lateral Son. Sólo un error de Álvaro Valles en un arriesgado pase en corto en el área provocó un conato de fuego ya en los minutos finales.

Ataque

Pellegrini sorprendió con el Chimy Ávila volcado a la derecha. Sideral es el nivel que muestra el argentino comparado con la capacidad intimidatoria que garantiza Antony, esté más fino o no con la pelota. Faltaba movilidad sin el balón, también profundidad de los laterales Ruibal y Junior. Estos partidos requieren que emerja el líder, el que desequilibra por calidad. Lo Celso tardó en aparecer, pero lo hizo poco a poco y remató dos veces por dos factores sorpresivos: Marc Roca en la posición de extremo izquierdo, colgando un buen centro para el chut a botepronto del argentino, y Natan en la posición de extremo derecho, robando una pelota a Naressi que el dorsal 20 del Betis convirtió en oro con un golpeo de rosca preñado de calidad que alojó la pelota junto a la cepa derecha de Padt.

Tras el descanso, otro chispazo de Lo Celso y a que pasaran los minutos: fue su apertura a Ruibal, antes del remate en semifallo de Junior y el autogol de Son, la que cargó de veneno la jugada.

Virtudes

En estos partidos hay que ser pragmáticos e imponer la superioridad con el mínimo esfuerzo y sin riesgos. Así fue.

Talón de Aquiles

Los laterales siguen blandeando. Y queda claro quiénes no merecen hoy la titularidad.

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