Sin tribulaciones en el estío bético
Desde mi córner
Sabiendo que el dúo Cordón&Pellegrini es como es, no cabe un verano con inquietudes
Cuando parece que el verano se presenta económicamente proceloso, un nombre está logrando que el bético multiplique sus ansias por volver a ver a su equipo. Cuando en los espacios habituales surgen como setas los malos augurios que son las necesidades de vender activos para no ser devorado por el pasivo, resulta que el nombre de un joven talento brasileño anda alegrándole las pajarillas a todo bético que sólo desea el bien del Betis.
Se trata del puntero de Fluminense Luiz Henrique, que a sus veintiún años ha alborotado el Brasileirao con sus goles a Atlético Mineiro. Podrán argüir los habituales que más cartel traía Denilson y tampoco cuajó como se esperaba. Es más, la llegada del jugador más caro del momento propició que Luis Aragonés huyese en una noche de locura en Sancti Petri. O sea, que no siempre los augurios se cumplen aunque éstos de Luiz Henrique sean tan prometedores.
Es un fichaje de esos que ilusionan y le dan un papirotazo a las negruras económicas. Y en medio de todo este maremágnum, dos figuras capaces de parar cualquier tsunami que se aventure sobre la vertical del Villamarín. La temporada ha sido de matrícula de honor y pensar que pudo ser aún más brillante son ganas de vivir de espaldas a la realidad. ¿Superarla el próximo ejercicio? Todo puede ser, pero no queramos poner el carro delante de los bueyes.
Con Antonio Cordón, el cuestionado director deportivo, y Manuel Pellegrini, el buen tacto y la mesura están garantizados. Podríamos asegurar que si se produce alguna venta inevitable, las cuadernas del equipo no se resentirán. Dicen los que la viven que la peregrinación de la Copa por las peñas está plagada de estaciones de gloria y como los datos que vienen de allende los mares hablan de un Luiz Henrique espectacular, pues a qué intranquilizarse.
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