musicoterapia

Tocar un instrumento o cantar ayuda a prevenir problemas cognitivos

  • Investigadores de la Universidad de Granada analizan los efectos de la práctica musical en el envejecimiento saludable

Los beneficios alcanzan a la memoria, al movimiento y al equilibrio.

Los beneficios alcanzan a la memoria, al movimiento y al equilibrio. / pIcbubble

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han realizado la primera revisión sistemática de todos los estudios que se han llevado a cabo hasta la fecha en el mundo acerca del efecto de la práctica musical sobre el envejecimiento cerebral y de los procesos cognitivos asociados. Su trabajo, que publica la revista PLOS ONE, ha concluido que la práctica musical (es decir, interpretar música a través de un instrumento o cantando) podría ser una actividad muy eficaz y prometedora en la prevención de los problemas cerebrales y cognitivos asociados al envejecimiento.

Hasta ahora, la práctica musical se había asociado en estudios epidemiológicos (con grandes poblaciones) con un menor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Sin embargo, poco se sabe a cerca del impacto de esta actividad en el envejecimiento de personas con un envejecimiento no patológico. Por ello, la revisión y metaanálisis realizados en la UGR tratan de reunir las evidencias existentes y ofrecer una conclusión sobre los resultados hasta la fecha en los efectos sobre el envejecimiento normal.

Los resultados muestran que, tanto en los estudios con músicos como en los de programas de entrenamiento tardío, la práctica musical se asocia con mejoras cognitivas. La práctica musical se asocia con un envejecimiento neurocognitivo más sano, ya sea una práctica a largo plazo y con inicio temprano (como en el caso de los músicos) o con un inicio tardío (caso de los programas de entrenamiento). No obstante, los beneficios fueron mayores con una mayor cantidad de años de práctica y con edades de inicio más tempranas.

En segundo lugar, las mejoras aparecen tanto en habilidades directamente entrenadas con la práctica musical (auditivas) como en otras más amplias (como la memoria, la capacidad de control o la velocidad de procesamiento). Esto resulta relevante, dado que el entrenamiento musical no sólo mejoraría las habilidades de la persona implicadas en la música, sino que podría beneficiar múltiples actividades de la vida diaria (que durante el envejecimiento se ven comprometidas).

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