Monitores de glucosa en personas sin diabetes: ¿Para qué funcionan?

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a casi el 9,3 % de la población a nivel global y se encuentra relacionada con la deficiencia absoluta o relativa del paciente para la producción de insulina por parte de su organismo, o este no puede usarla de manera eficiente. Aunque existen tres tipos principales de diabetes (tipo 1, tipo 2 y gestacional) todas tienen en común esta incapacidad para hacer uso de la insulina.

La insulina es una hormona fabricada por el páncreas, responsable de mantener a raya los niveles correctos de azúcar en sangre, siendo la encargada de que la glucosa procedente de los alimentos pase al organismo. Las personas diabéticas cuentan con una cantidad excesiva de esta azúcar en sangre, por lo cual deben mantenerla vigilada mediante controles de glucosa varias veces al día. La cantidad de controles dependerá del tipo de diabetes y del estado en el que se encuentre el paciente. Sin embargo, desde hace algunos meses, existe una creciente tendencia por parte de la población no diabética en contar con monitores de glucosa para realizar estas mediciones, por ejemplo para prevenir numerosas enfermedades derivadas de un exceso de glucosa.

¿Por qué la población no diabética usa monitores de glucosa?

Los monitores de glucosa son unos medidores imprescindibles en el día a día de las personas diabéticas, ya que es fundamental para mantener un exceso de esta sustancia en el organismo a raya. No obstante, son cada vez más numerosos los nutricionistas y ciudadanos que han incorporado este instrumento en su rutina diaria. Cabe destacar que estos medidores son también muy útiles para las personas libres de esta afección, dado que permite controlar el índice glucémico y llevar una alimentación con mayor valor nutricional.

El monitor de glucosa proporciona una medición de esta sustancia las 24 horas del día ininterrumpidamente. Para realizar esta medición cuenta con un parche en forma circular que se coloca sobre nuestra piel, traspasándola mediante un catéter que recogerá los resultados de nuestra sangre. Estos datos son enviados hacia un dispositivo electrónico que es el que muestra y almacena los resultados. Mediante este registro las personas diabéticas y no diabéticas pueden saber su nivel de glucosa en todo momento. Además, esta herramienta es capaz de dar predicciones sobre los momentos en el que pueden producirse hiperglucemias o hipoglucemias, subidas y bajadas de azúcar respectivamente.

Por todo ello, cada vez son más las personas que se apuntan a llevar un sensor de glucosa, dado que les permite conocer cómo funciona su cuerpo, de manera que pueden saber los alimentos funcionan mejor en su organismo o en qué momento. De igual modo, también es un buen preventivo para esquivar enfermedades como la obesidad o la propia diabetes.