Las advertencias de los expertos ante el aumento de vapeo en las adolescentes: "Esta normalización empieza a reflejarse en las cifras de incidencia del cáncer de pulmón en mujeres"
Investigación y Tecnología
La mayoría de estos productos contienen nicotina y otras sustancias tóxicas
El mensaje contundente de los expertos sobre los riesgos invisibles del alcohol que se siguen normalizando: "No existe el consumo responsable"

El auge o la moda del vapeo entre los y las adolescentes se está conviertiendo en una gran amenaza creciente para la salud pública. En los últimos años, ha aumentado la preocupación por el consumo de cigarrillos electrónicos entre los menores ya no solo por el impacto inmediato que tiene en su salud, sino por su papel como puerta de entrada al tabaquismo tradicional. En España, el vapeo entre menores se sitúa nueve veces por encima de la media global (1,2%) y ha crecido cuatro puntos respecto a 2024, cuando un 6,6% de los adolescentes reconocía usar estos dispositivos. Ahora, las cifras superan el 10%, una tendencia que los expertos en salud pública consideran una "epidemia silenciosa".
Estos datos provienen de la última encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), en la que participaron 9.500 personas. La publicación coincide con la celebración de la Semana Sin Humo y con el Día Mundial Sin Tabaco, que se celebrará el próximo 31 de mayo, bajo el lema "Ni fumo ni vapeo, mi salud es mi trofeo". La encuesta, publicada por el portal Efe Salud, refleja también una realidad inquietante entre los jóvenes adultos: el 28,3% de los encuestados entre 18 y 24 años fuma, prefiriendo el tabaco de liar (16,3%), seguido por los cigarrillos convencionales (13,6%) y los cigarrillos electrónicos (5,7%). Entre los mayores de 35 años, el consumo se mantiene más ligado al tabaco tradicional, aunque el riesgo que plantea el vapeo entre los más jóvenes parece estar construyendo una nueva generación vulnerable a la adicción a la nicotina.
Vapeadores: una trampa disfrazada de modernidad
La falsa sensación de seguridad que transmiten los cigarrillos electrónicos es uno de los factores más peligrosos de esta tendencia. Como advierten desde el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), muchos adolescentes creen erróneamente que el vapeo es una alternativa inofensiva al tabaco, cuando en realidad puede ser incluso más adictivo por su diseño atractivo, sabores llamativos y presencia masiva en redes sociales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado más de 16.000 sabores diferentes, una oferta que seduce fácilmente a los menores.
El doctor Bartomeu Massuti, jefe de Oncología del Hospital Doctor Balmis de Alicante y secretario del GECP, alerta de cómo el vapeador "normaliza el consumo de nicotina desde edades cada vez más tempranas", con casos documentados de inicio a los 12 años. Este fenómeno está favoreciendo el desarrollo de una generación adicta que, al igual que en el pasado con los cigarrillos tradicionales, está expuesta a los efectos nocivos de la nicotina y otras sustancias tóxicas. "La mayoría de estos productos contienen nicotina y otras sustancias tóxicas, algo que muchos desconocen. Lo más grave es que muchos de ellos ni siquiera lo indican en el etiquetado", advierte el doctor Jose Luis González Larriba, jefe de la Unidad de Tumores Torácicos, Urológicos y Melanoma del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y vicepresidente del GECP. Esto quiere decir que los consumidores desconocen los riesgos reales del consumo de estos productos.
Una amenaza que golpea con más fuerza a las adolescentes
Uno de los hallazgos más preocupantes de los últimos estudios es la feminización del consumo, tanto de tabaco como de vapeadores. Según la encuesta ESTUDES 2023 sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias, el 56,8% de las adolescentes ha probado el vapeo, frente al 52,5% de los chicos. En el caso del tabaco convencional, un 36,8% de las chicas lo ha consumido al menos una vez, frente al 3 % de los chicos. Estos datos no solo muestran una mayor exposición de las menores, sino también una mayor vulnerabilidad a los factores de marketing y presión social.
La doctora Virginia Calvo, especialista en cáncer de pulmón en el Hospital Puerta de Hierro y miembro del GECP, alerta de que ya se está observando un aumento en los casos de cáncer de pulmón en mujeres jóvenes, un fenómeno que podría estar directamente relacionado con el creciente uso de vapeadores y tabaco desde edades tempranas. "Estamos viendo cómo esta normalización empieza a reflejarse en las cifras de incidencia del cáncer de pulmón en mujeres, que crecen año tras año", afirma.
Este contexto los expertos exigen medidas urgentes y eficaces. Desde el GECP, se hace un llamamiento claro a las autoridades sanitarias para reforzar las políticas de prevención del tabaquismo y el vapeo entre los adolescentes. Proponen acciones como establecer una edad mínima para la compra de estos productos, aumentar los controles en la venta tanto física como online y lanzar campañas informativas dirigidas exclusivamente a menores. Estas campañas deberían mostrar de forma clara y sin edulcorar los efectos reales del vapeo y el tabaco tradicional.
Hay que tener en cuenta que más allá de una moda pasajera, el cigarrillo electrónico se ha convertido en una puerta de entrada al tabaquismo y a la adicción a la nicotina desde edades cada vez más tempranas. Su diseño atractivo, la variedad de sabores y la presencia constante en redes sociales lo convierten en un producto especialmente peligroso para los jóvenes, especialmente para las adolescentes. Frente a esta amenaza, es fundamental intensificar los esfuerzos educativos, regulatorios y preventivos. Las cifras hablan por sí solas y exigen una respuesta firme por parte de las instituciones, las familias y la sociedad en su conjunto. Porque, como bien dice el lema de la Semana Sin Humo, la salud debe ser el verdadero trofeo.
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