Qué es el ashwaghanda, la planta que usan las influencers para relajarse y conciliar el sueño
Estos últimos, años, el uso de ashwagandha ha ganado fama entre influencers y seguidores del bienestar, sobre todo los que buscan métodos naturales para relajarse y mejorar la calidad del sueño. Aunque esta planta ha sido utilizada durante siglos en la medicina tradicional india, su popularidad ha crecido en Occidente gracias a sus beneficios contra el estrés, la ansiedad y los problemas de insomnio. Pero, ¿qué es exactamente la ashwagandha y qué la hace tan especial?
La ashwagandha (conocida científicamente como Withania somnifera) es un arbusto de hoja perenne originario de Asia y África. Esta planta es famosa por su uso en la medicina ayurvédica, en la que se le atribuyen propiedades adaptogénicas, lo que significa que ayuda al cuerpo a adaptarse y resistir el estrés físico y mental. En la India, se ha utilizado tradicionalmente para tratar varias dolencias, desde la fatiga hasta los problemas digestivos.
La fama que ha ganado la ashwagandha entre influencers de redes sociales y figuras del mundo del bienestar se debe en gran medida a su supuesta capacidad para reducir el estrés y la ansiedad, dos problemas cada vez más comunes en la sociedad actual. Muchos famosos e influencers han hablado de los beneficios y su popularidad creció especialmente durante la pandemia de COVID-19, donde los niveles de estrés aumentaron en todo el mundo.
Además, la capacidad para mejorar la calidad del sueño es otro de los motivos que ha hecho que esta planta se vuelva tan popular. La ashwagandha tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso, lo que ayuda a las personas a conciliar el sueño más rápidamente y a dormir de forma más profunda.
Beneficios de la ashwagandha
Diversos estudios han sugerido que la ashwagandha puede ofrecer una serie de beneficios, aunque es importante señalar que muchas de estas investigaciones son preliminares y requieren más pruebas para confirmar sus efectos a largo plazo.
Uno de los supuestos beneficios es la reducción del estrés y la ansiedad. La ashwagandha es famosa por ser un adaptógeno, es decir, una sustancia que ayuda al cuerpo a manejar el estrés. Los estudios han demostrado que esta planta puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que ayuda a las personas a sentirse más relajadas y menos ansiosas.
Por otro lado, ayuda a mejorar el sueño. Las personas que toman ashwagandha reportan quedarse dormidas más rápido y disfrutar de un sueño más profundo y reparador.
También, ayuda a aumentar la energía y la concentración. Aunque es conocida por su capacidad para relajar, la ashwagandha también puede tener un efecto revitalizante. Se ha sugerido que la planta puede aumentar la resistencia física y mental, lo que la convierte en una opción popular entre personas que buscan una mejora en el rendimiento cognitivo y la concentración.
Por último, esta planta da apoyo al sistema inmunológico. Algunos estudios también han señalado que la ashwagandha puede mejorar la función inmunológica, lo que la hace atractiva para aquellos que desean mantener una buena salud general y prevenir enfermedades.
¿Cómo se toma la ashwagandha?
La ashwagandha está disponible en varias formas, siendo las más comunes los suplementos en cápsulas, polvos o extractos líquidos. La dosis recomendada suele estar entre 300 y 600 mg diarios, aunque algunos estudios han utilizado dosis más altas, dependiendo del objetivo específico del tratamiento.
Muchas personas prefieren tomarla por la noche, ya que sus efectos calmantes pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño.
Es importante señalar que, aunque los suplementos de ashwagandha son bastante accesibles, debes consultar con un profesional de la salud antes de comenzar a tomarla, especialmente si se está tomando algún medicamento o se padece de alguna condición médica. La planta puede interactuar con ciertos medicamentos, como aquellos para la tiroides, la diabetes o la presión arterial alta
Aunque la ashwagandha se considera generalmente segura para la mayoría de las personas cuando se toma en dosis adecuadas, no está exenta de efectos secundarios. Los efectos adversos más comunes incluyen malestar estomacal, diarrea y somnolencia. En raras ocasiones, algunas personas han tenido problemas hepáticos, por lo que las personas con enfermedades hepáticas deben tener especial cuidado.
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