Laura Lovaco Monteliu, veterinaria, explica cómo proteger a tu mascota del calor extremo este verano: "La hidratación constante es fundamental"
Investigación y Tecnología
Una dieta adaptada a la estación puede ayudar a prevenir la deshidratación
Estos son los grupos de población más sensibles al calor, según el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla
El verano trae consigo jornadas más largas, escapadas a la naturaleza y momentos de descanso, pero también representa un desafío para la salud de nuestras mascotas. A medida que las temperaturas en España alcanzan los 40 °C, los animales de compañía, especialmente perros y gatos, se convierten en una población de riesgo. Su sistema de regulación térmica es diferente al de los humanos, lo que les hace más vulnerables a sufrir deshidratación y golpes de calor. Por ello, conocer cómo afecta el calor a su organismo y tomar medidas preventivas puede marcar la diferencia entre unas vacaciones agradables o una visita de urgencia al veterinario.
Mientras que nosotros podemos sudar para disipar el calor, los perros y gatos dependen principalmente del jadeo o del sudor limitado en sus almohadillas para regular su temperatura. Esta ineficiencia natural les expone a un riesgo real cuando las condiciones climáticas extremas se combinan con una hidratación insuficiente o una exposición prolongada al sol, por lo que debemos estar atentos a ciertos signos de alerta, así como también adaptar la rutina diaria. Gracias a estas medidas sencillas se pueden prevenir consecuencias más graves. Veamos, a continuación, cómo puedes, desde el punto de vista experto, cuidar de tus animales en casa, durante sus paseos o cuando decides viajar con ellos.
Cuidados esenciales frente al calor y señales de alarma
Cuando el calor aprieta, el riesgo de golpe de calor aumenta considerablemente, sobre todo si los animales se encuentran en espacios mal ventilados o expuestos directamente al sol. Uno de los errores más comunes, y potencialmente letales, es dejar a la mascota dentro de un coche estacionado, incluso si se trata de unos minutos ya que la temperatura del interior se dispara rápidamente, provocando en el animal un colapso en pocos minutos. La veterinaria Laura Lovaco Monteliu, del hospital AniCura Estoril, insiste en que "la hidratación constante es fundamental. Es imprescindible llevar una botella de agua y un cuenco portátil para ofrecerle agua en todo momento".
En casa, es recomendable mantener las habitaciones bien ventiladas, evitar la realización de actividades físicas durante las horas más calurosas del día y buscar siempre zonas con sombra para el descanso del animal. Los paseos deben limitarse a primera hora de la mañana y al atardecer, evitando, además, que el animal pase por superficies tan calientes como el asfalto, ya que puede provocar quemaduras en las almohadillas de sus patitas.
Los síntomas que pueden indicar un golpe de calor incluyen jadeo excesivo, fatiga inusual, salivación anormal, vómitos, diarrea, y cambios en el color de las encías o la lengua (rojizas o azuladas, lo que indica que el animal está ante una falta de oxígeno). Ante cualquiera de estos signos, es vital actuar rápidamente refrescando con agua al animal, buscando sombra y contactando de inmediato con un veterinario.
Alimentación estacional y consejos para unas vacaciones seguras
Durante el verano, los hábitos alimentarios de nuestras mascotas también pueden verse afectados. El calor puede reducir su apetito, por lo que es recomendable ofrecer porciones pequeñas repartidas a lo largo del día. Una dieta adaptada a la estación puede ayudar a prevenir la deshidratación y contribuir al bienestar general del animal. Lovaco Monteliu aconseja incluir alimentos húmedos en su dieta habitual, ya que aportan mayor contenido de agua. Además, frutas y verduras frescas como arándanos, melón, manzana, pera o zanahoria, siempre en cantidades moderadas y asegurándose de que sean aptas para su consumo, pueden ser un complemento nutritivo e hidratante.
Si se planean vacaciones con la mascota, ya sea a la playa o a la montaña, es importante considerar ciertos factores para garantizar su seguridad. En la playa, se debe tener especial precaución con la exposición solar, la arena caliente y el consumo accidental de agua salada, que puede causar trastornos digestivos. Llevar una sombrilla, agua suficiente y vigilar constantemente al animal son medidas imprescindibles. Si el destino elegido es la montaña, la planificación debe incluir un botiquín básico con elementos como gasas, vendas, solución salina, tijeras, pinzas y suero oral. El senderismo puede ser una excelente actividad compartida siempre que se respete el ritmo y condición física del animal. Es preferible usar correas cortas para evitar enredos con ramas y vegetación, y detenerse con frecuencia para descansar y ofrecer agua.
Independientemente del lugar que hayas elegido, siempre es recomendable consultar con un veterinario antes de hacer el viaje, ya que algunos destinos requieren documentación específica, así como también tener actualizado el calendario de vacunas, por lo que sería conveniente realizar al animal una evaluación previa con la podríamos evitarnos algunas sorpresas desagradables.
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