Marián Rojas Estapé sobre las adicciones: "El dolor baja el exceso de dopamina y ya no consumo por placer, sino para esquivar ese dolor"
Investigación y Tecnología
"Mi cerebro no quiere que yo sea un dispensador crónico de dopamina"
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Dice la psiquiatra Marián Rojas Estapé que a nuestro organismo no le gusta que vivamos en exceso, pero lo cierto es que ante las cosas que nos dan placer, corremos el riesgo de caer en ellos.
Esto sucede porque cuando consumimos algo que nos genera placer, ya sea alcohol, drogas, contenido en redes sociales, etc., el cerebro crea dopamina que es la hormona del placer que, bien gestionada, es positivo para nuestra salud.
"Cuando una persona se vuelve adicta, su cerebro y su conducta se cambian para siempre"
"Mi cerebro no quiere que yo sea un dispensador crónico de dopamina", apunta Marián Rojas. Todo eso que nos gusta y nos engancha puede llevarnos a convertirnos en adictos y "mi cerebro no quiere que me convierta en una persona adicta", comenta.
Así lo explicaba la psiquiatra ayer en el programa El Hormiguero donde fue entrevistada y habló, entre otros temas, de la dopamina, como también lo hacíamos hace unos días con el tema de las redes sociales en el que Marían Rojas decía que "la dopamina mal gestionada es la hormona de las adicciones".
¿Cómo funciona la dopamina con las adicciones?
Cuando una persona se vuelve adicta, su cerebro y su conducta se cambian para siempre. Lo que sucede es que cuando el cerebro recibe un exceso de dopamina va a responder para protegernos y "lo primero que va a hacer es quitar placer". Es decir si antes te daba un 100% de placer, ahora va a darte el 50% y "cuando consumo, lo que me genera ese placer (cocaína, alcohol, tik tok...), de repente, se me queda corto".
"Tengo una nula tolerancia a la vida"
Esto quiere decir que ahora voy a tener que consumir más para sentir lo mismo ya que el nivel de dopamina ha bajado. "Los receptores se van eliminando para protegerme, pero yo sé lo que me calma, lo que me excita y lo que me da placer; por tanto quiero más", explica la psiquiatra.
¿Quién compensa el exceso de dopamina?
No podemos vivir in extremis. Cuando tenemos exceso de algo, necesitamos algo que lo contarreste para poder tener equilibrio. En este caso, es el dolor quien trata de bajar esa dopamina y ese exceso de placer.
"Hay un momento en el que todo lo que se genera es dolor y ya no consumo por placer, sino esquivando dolor". Más concretamente, aclara la psiquiatra, "no consumo porque me gusta el alcohol, sino porque no soporto el síndrome de abstinencia". Lo mismo sucede con el exceso de consumo de las redes sociales, en las cuales no estemos horas haciendo scroll porque me genere placer y me guste, sino porque no soportamos estar solos.
"Como a ese lado hay moléculas de dolor que no paran de crecer, todo me duele, todo me molesta, todo me irrita. Tengo una nula tolerancia a la vida", concluye Marián Rojas.
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