Normas, sanciones y espacios sin humo claramente delimitados: todo lo que debes saber de la nueva ley antitabaco

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Mujer vapeando en la oficina
Mujer vapeando en la oficina / Freepik

La nueva ley antitabaco que prepara el Ministerio de Sanidad promete marcar un antes y un después en España con respecto a la regulación del consumo de productos de tabaco y derivados. Este ambicioso proyecto normativo, actualmente en fase de anteproyecto, pretende modernizar y reforzar la legislación existente, poniendo el foco en la salud pública y en la protección activa de los espacios compartidos. Así que lejos de limitarse a actualizar normas antiguas, esta iniciativa se plantea como una reforma profunda, que amplía considerablemente los lugares en los que estará prohibido fumar y regula con más rigor, sin cabe, productos como los cigarrillos electrónicos.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha reiterado que el nuevo marco legal busca defender el derecho de la ciudadanía a respirar un aire libre de humo, especialmente en los espacios más sensibles como centros educativos, hospitales y lugares de ocio. La ley también pretende combatir la normalización del tabaco, restringiendo su visibilidad y reduciendo las oportunidades de consumo en el día a día. Esto se traduce no solo en la ampliación de zonas libres de humo, sino también en un endurecimiento de las sanciones, la eliminación de excepciones previas y la prohibición del patrocinio y la publicidad.

Nuevas áreas libres de humo y espacios controlados

Una de las claves de esta nueva ley es la delimitación clara y contundente de los espacios en los que estará terminantemente prohibido fumar. Si bien ya existen restricciones en lugares como hospitales y centros educativos, la futura legislación extiende esta prohibición también a sus entornos inmediatos, incluidos patios, zonas al aire libre y espacios cubiertos dentro de sus recintos. Además, no se podrá fumar en vehículos utilizados como lugares de trabajo, lo que incluye a taxis, furgonetas y otros medios de transporte empleados profesionalmente.

La normativa se extiende también a universidades, centros de formación para adultos, instalaciones deportivas, piscinas públicas y recintos donde se celebren eventos, para los cuales no habrá distinción entre los espacios interiores o exteriores. Las zonas de ocio, salas de juego y establecimientos de hostelería quedarán sujetas a la prohibición, afectando tanto a interiores como a terrazas y zonas al aire libre, además se reforzarán las medidas prohibitivas de consumo de tabaco en las inmediaciones de parques infantiles y otras zonas de juegos para menores. Se va introducir, por otra parte, un perímetro de seguridad de 15 metros alrededor de ciertos edificios y espacios públicos, como centros sanitarios, educativos, museos o bibliotecas, donde tampoco se podrá fumar. De esta forma, se protege el acceso a estos lugares, impidiendo que el humo alcance a quienes transitan por sus alrededores.

"Multas que alcanzan los 600.000 euros"

Aunque la ley suprime los clubes de fumadores, prevé excepciones puntuales en residencias de mayores y centros penitenciarios. En las residencias se podrán habilitar zonas específicas, siempre que estén bien señalizadas, ventiladas y separadas del resto de las instalaciones y en los centros penitenciarios y psiquiátricos de media y larga estancia, se permitirá fumar siempre y cuando se trate de espacios abiertos o de salas acondicionadas exclusivamente para ello.

Regulación del producto, publicidad y sanciones más severas

El texto legislativo no se limita a regular el lugar donde se puede fumar, sino que también aborda directamente la forma en la que los productos de tabaco se presentan, se venden y se promocionan. Uno de los elementos más relevantes es la adopción del etiquetado neutro en todos los paquetes de cigarrillos y tabaco de liar los cuales llevarán una apariencia uniforme, con colores regulados por el Ministerio de Sanidad y sin distintivos de marca visibles en el embalaje exterior. Solo se permitirá la inclusión de un código de barras y ciertos datos básicos como el nombre del fabricante, el número de cigarrillos o el peso.

En cuanto a los cigarrillos electrónicos, la ley prohíbe expresamente la venta y distribución de los modelos desechables, que han ganado popularidad especialmente entre los más jóvenes. Esta medida lo que se pretende es frenar su expansión, así como también evitar que se conviertan en la puerta de entrada al tabaquismo. La prohibición también llega al sector publicitario ya que ley también impedirá el patrocinio de productos de tabaco y dispositivos de consumo, así como su publicidad en medios de comunicación, internet, establecimientos públicos o incluso en máquinas expendedoras. Solo estarán permitidas presentaciones dirigidas a profesionales del sector y en locales especializados, como estancos o tiendas específicas, y siempre dentro de estos espacios, sin carteles visibles desde el exterior ni elementos promocionales en escaparates.

Por último, el régimen sancionador se endurece notablemente. Las infracciones podrán clasificarse como leves, graves o muy graves, con multas que alcanzan los 600.000 euros para los casos más serios. Esto incluye, por ejemplo, incumplimientos en la venta de productos prohibidos, la publicidad fuera de los márgenes legales o permitir fumar en zonas restringidas. Con este enfoque, Sanidad quiere asegurar el cumplimiento estricto de la normativa y desalentar cualquier intento de eludirla.

En definitiva, la nueva ley antitabaco se configura como una herramienta integral de salud pública que busca tanto proteger a los no fumadores como reducir el atractivo y la accesibilidad del tabaco, especialmente entre los jóvenes. Si el proceso legislativo sigue el calendario previsto, en pocas semanas comenzará su tramitación formal, abriendo un nuevo capítulo en la lucha contra el tabaquismo en España.

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