Cuando una persona empieza a hacer ejercicio, sobre todo si ha pasado mucho tiempo desde la última vez, nota que sus músculos están más hinchados cuando termina. Puede que, incluso, pese más de lo que pesaba antes de comenzar la rutina deportiva, hecho que justifica muchas veces el abandono de la práctica deportiva porque parece que está teniendo un efecto rebote.  

Debes saber que es un fenómeno completamente normal en el que se hinchan los músculos porque el corazón late más deprisa debido al esfuerzo que ha sido sometido y hace que aumente la frecuencia cardíaca. Durante el ejercicio, se incrementa el flujo sanguíneo hacia los músculos en actividad. Esto facilita el transporte de nutrientes esenciales, oxígeno y otros compuestos necesarios para el crecimiento muscular.

Durante el levantamiento de pesas, especialmente con cargas pesadas, se producen microlesiones en las fibras musculares y el cuerpo responde reparando las lesiones y fortaleciendo los músculos, obteniendo como resultado un aumento del tamaño.

Inflamación temporal

Después del entrenamiento con pesas, puede haber una respuesta inflamatoria en los músculos, pero eso no debe ser un motivo para abandonar tu vida saludable. Esta inflamación es parte del proceso de reparación y crecimiento muscular, aunque debe ser temporal y controlada. La intensidad del entrenamiento puede causar esta acumulación de líquidos en los músculos, derivando en una hinchazón temporal. Este fenómeno se produce muchas veces porque se han iniciado ejercicios nuevos en los que se han utilizado músculos nuevos. 

La inflamación también se da porque puede haber pequeños desgarros o tensión muscular, pero es cuestión de, como mucho cinco días, hasta que desaparezca. Tardará un poco más o un poco menos, dependiendo de la intensidad del ejercicio realizado y de la condición de la persona. 

El entrenamiento de resistencia activa las células satélite, que son células musculares especializadas responsables de la regeneración y el crecimiento muscular. Después del entrenamiento, el cuerpo aumenta la síntesis de proteínas para reparar y construir nuevos tejidos musculares con los que se fomentará el crecimiento muscular.

El ejercicio de resistencia estimula la liberación de hormonas anabólicas, como la testosterona y el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1), que promueven el crecimiento muscular.

Formas de bajar la inflamación muscular

La única manera de bajar la acumulación de líquidos en la musculatura es continuar con la práctica deportiva ya que la actividad ayuda a eliminar líquidos. Además, puede ayudar internamente la hidratación y el consumo de alimentos que faciliten la eliminación de líquidos como los ricos en antioxidantes propios de frutas, verduras y grasas saludables como las que contienen el aceite de oliva y los pescados ricos en omega-3.

La aplicación de hielo en la zona afectada puede ayudar a reducir la inflamación al disminuir el flujo sanguíneo y la actividad metabólica en la zona. Es importante no ponerlo directamente sobre la piel, sino que es mejor envolverlo en un paño para evitar lesiones por congelación.

Permitir que los músculos descansen es crucial para la recuperación. Así que evita el sobreentrenamiento y asegúrate de darle tiempo a tu cuerpo para reparar los tejidos afectados. En este descanso, elevar la parte del cuerpo afectada puede ayudarte a reducir la acumulación de fluidos, así como también a mejorar el drenaje linfático.