La relación entre la aspirina y los infartos: ¿Aliada o enemiga?
Un nuevo estudio ha corroborado que tomar aspirina tras un accidente cardiovascular severo disminuye hasta en un 40% el riesgo de volver a sufrir un segundo evento
Aspirina: indicaciones y usos de uno de los medicamentos más conocidos
Nuevo efecto secundario de la aspirina: dispara el riesgo de anemia en adultos
Las afecciones cardiovasculares, que abarcan el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular, constituyen la principal causa de mortalidad a nivel global. Asimismo, aquellas que sobreviven, enfrentan un mayor riesgo en comparación con la población en general de sufrir nuevamente un evento cardiovascular severo, como otro infarto o un accidente cerebrovascular. Diversas investigaciones llevadas a cabo en las décadas de 1970 y 1980 confirmaron que el uso de terapias antiagregantes plaquetarias, que incluyen la administración de la 'Aspirina', puede disminuir en alrededor de un cuarto el riesgo de sufrir un segundo episodio cardiovascular. Sin embargo, y tras la mala publicidad que se le ha otorgado en os últimos años al ácido acetilsalicílico, son muchos los que han suplantado su uso por otros fármacos de uso recurrente como el ibuprofeno o el paracetamol. Pero, por suerte de la aspirina, un nuevo estudio ha vuelto a corroborar su eficacia en estos eventos. ¿Son mayores sus beneficios que sus riesgos?, ¿Se puede considerar una aliada o una enemiga en esta lucha?
Tal como fue indicado en un estudio presentado recientemente en el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Cardiología 2023 y reportado por el sitio de noticias médicas Medical News Today, un nuevo análisis demostró que aquellos que recibieron tratamiento con aspirina a diario presentaban una menor probabilidad de experimentar un nuevo episodio cardiovascular en comparación con aquellos que habían interrumpido esta terapia en alguna de las etapas del estudio en las que se evaluó este indicador.
"Recomendamos que todos los pacientes que hayan sufrido un infarto sigan tomando aspirina de acuerdo con las directrices hasta que los ensayos controlados aleatorios demuestren lo contrario y se modifiquen las directrices clínicas", afirma la doctora Anna Meta Kristensen, del Hospital Bispebjerg y Frederiksberg, en Dinamarca, y la autora principal del estudio.
Hasta un 40% más de riesgo
Este estudio se enfocó en analizar la asociación entre el riesgo y la discontinuación a largo plazo del uso de aspirina en comparación con su consumo continuado después de un ataque cardíaco. Para este propósito, los investigadores emplearon información proveniente de registros médicos nacionales de Dinamarca. La muestra incluyó a pacientes de 40 años o más que habían experimentado su primer infarto entre los años 2004 y 2017, habían sido sometidos a la colocación de un stent coronario y habían seguido el tratamiento prescrito de aspirina durante el primer año posterior al infarto.
Uno de los hallazgos sorprendentes para los investigadores fue que muchos pacientes no cumplían adecuadamente con el consumo de la aspirina o interrumpían el tratamiento. La adherencia a la aspirina fue evaluada a los dos, cuatro, seis y ocho años posteriores al infarto. Aquellos pacientes que consumieron la aspirina en un 80% o menos del tiempo indicado se catalogaron como no adherentes, es decir, no seguían el protocolo prescrito para el uso de la aspirina.
El estudio contó con la participación de 40.114 pacientes que habían sufrido un primer infarto de miocardio. La adherencia a la aspirina presentó un descenso gradual en cada punto temporal: del 90% a los dos años del infarto, disminuyó al 84% a los cuatro años, al 82% a los seis años y al 81% a los ocho años.
¿Cuál fue el desenlace? En cada momento evaluado, los pacientes que siguieron el tratamiento con aspirina según lo indicado tuvieron una menor probabilidad de experimentar un evento adverso en comparación con aquellos que no mantuvieron la adherencia. Los pacientes no cumplidores mostraron un aumento del 29%, 40%, 31% y 20% en la probabilidad de sufrir un segundo infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o fallecimiento a los dos, cuatro, seis y ocho años del infarto, respectivamente.
Pese a estos resultados, y dado que el estudio se basa en un registro, los investigadores señalan que ''no disponemos de información sobre las razones concretas por las que los pacientes no tomaron su aspirina. Además, nuestros resultados no pueden generalizarse a todos los pacientes que sufren un infarto de miocardio, ya que nuestro estudio se centró específicamente en los que recibieron tratamiento con un stent coronario y no tomaban otros medicamentoss. Teniendo esto en cuenta, los resultados respaldan las directrices actuales que recomiendan tomar aspirina a largo plazo tras un infarto de miocardio", concluye Kristensen.
Eso sí, estudio tiene un significado importante debido a que durante varios años ha habido debates dentro de la comunidad médica sobre la pertinencia del tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, el componente principal de la aspirina, para diferentes afecciones cardiovasculares. Por lo tanto, investigaciones de este tipo proporcionan pruebas que indican que este enfoque podría tener un efecto positivo en el pronóstico de pacientes que son particularmente susceptibles, aunque continúan las dudas en torno a sus perjuicios en personas sanas.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Quirónsalud