En los últimos años, España ha enfrentado diversos desafíos relacionados con el tráfico y consumo de drogas. Sin embargo, un nuevo y aterrador peligro ha aparecido en el horizonte: la llegada del fentanilo, una sustancia extremadamente peligrosa que amenaza con desencadenar una crisis de salud pública que ya afecta a otro países como EE.UU. La conocida como "droga zombie", se ha infiltrado en nuestras fronteras y ya se ha detectado en algunas operaciones de decomiso. Los expertos advierten que su potencial destructivo es inmenso, ya que basta con una pequeña cantidad para causar una sobredosis fatal. ¿Qué es exactamente esta droga?, ¿Cómo actúa?, ¿Cuáles son los efectos más devastadores?
El informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) del año 2019 reveló que España ocupaba el octavo lugar a nivel mundial en consumo de cuatro principios activos opioides: morfina, oxicodona, buprenorfina y fentanilo. En el contexto de la Unión Europea, España se ubicó en el quinto lugar y, en el caso específico del fentanilo, se posicionó en el tercer puesto.
Según los expertos, la rápida propagación del fentanilo se debe a un mal uso de este analgésico narcótico, que ha estado disponible en una nueva forma de liberación rápida desde 2011. El fentanilo, inicialmente prescrito para pacientes con cáncer, está siendo utilizado de manera inapropiada. El fentanilo puede ser utilizado adecuadamente siempre y cuando se sigan las pautas correctas de uso. Sin embargo, su uso indebido puede tener consecuencias devastadoras para el paciente, ya que el fentanilo es cuarenta veces más adictivo que la heroína.
¿Qué es el fentanilo?
El fentanilo, un poderoso opioide, supera ampliamente en potencia a la heroína en 50 veces y a la morfina en 100 veces. Este medicamento de acción ultrarrápida puede aliviar rápidamente el dolor intenso y sumergir al usuario en un estado placentero de euforia y bienestar durante varias horas. Aunque el fentanilo tiene aplicaciones beneficiosas en ciertos escenarios médicos, su potencial adictivo lo convierte en una sustancia peligrosa.
Además, el fentanilo puede ser administrado en diferentes formas, incluyendo tabletas, parches transdérmicos, aerosoles nasales, inyecciones o en forma de polvo. Cada forma de administración puede tener diferentes velocidades de absorción y duración de acción. A pesar de su aparición en diversas formas, las estrictas regulaciones han impedido que se convierta en una amenaza generalizada en España, aunque en los últimos años este escenario ha cambiado.
Según los resultados de la más reciente Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España en 2022, realizada por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad cada dos años, se ha observado un ligero aumento en la prevalencia del consumo de analgésicos opioides entre la población de 15 a 64 años. El porcentaje de personas que han tomado estos medicamentos alguna vez en la vida, ya sea con o sin receta, ha pasado del 15,2% al 15,8%. Además, el uso de estos analgésicos en los últimos 30 días ha aumentado del 3,6% al 4%.
Sin embargo, el dato más notable se refiere al fentanilo, ya que su consumo esporádico, es decir, haberlo usado alguna vez en la vida, ha experimentado un incremento significativo. En 2018, el 1,9% de la población encuestada había consumido fentanilo en algún momento, pero en el año pasado, ese porcentaje se elevó al 14%. Esto ha convertido al fentanilo en el tercer opioide más utilizado, superando a la morfina, cuyo consumo ha disminuido del 14,7% al 6,9%. En cuanto a los opioides más consumidos, la codeína y el tramadol se sitúan por delante del fentanilo.
Estos resultados reflejan una preocupante tendencia al alza en el consumo de fentanilo en España, lo cual representa un riesgo significativo debido a su alta potencia y peligro potencialmente letal. Enfrentar la amenaza del fentanilo no es una tarea sencilla. La naturaleza sintética de esta droga hace que sea difícil de detectar en los controles aduaneros y escurridiza para las fuerzas de seguridad.
Además, su producción a gran escala en laboratorios clandestinos dificulta su erradicación. Las organizaciones criminales aprovechan su alta rentabilidad y su capacidad para ser mezclada con otras drogas, aumentando así sus ganancias y maximizando los riesgos para los consumidores.
Por otro lado, también se ha señalado la evidencia de que los traficantes de drogas podrían estar mezclando fentanilo con sustancias como la heroína para potenciar sus efectos y aumentar sus ganancias económicas, ya que el fentanilo es un opioide sintético más económico. Esta práctica conlleva un mayor riesgo de sobredosis.
¿Cómo actúa?
Al igual que la heroína, la morfina y otros opioides, el fentanilo ejerce su acción al unirse a los receptores opioides ubicados en regiones del cerebro responsables del control del dolor y las emociones. Al unirse a estos receptores, el fentanilo inhibe la transmisión de señales de dolor en el cerebro y la médula espinal. Esto provoca un alivio significativo del dolor.
Además de sus efectos analgésicos, el fentanilo también produce efectos sedantes y de euforia. Estos efectos se deben a la interacción del fármaco con los receptores opioides en áreas del cerebro relacionadas con la regulación del estado de ánimo y el placer.
Su efecto es extremadamente potente y su dosis terapéutica segura es mucho más baja que la de otros opioides. También se destaca su acción de inicio rápido y su corta duración, lo que puede llevar a una administración inadecuada y un mayor riesgo de sobredosis.
El problema es que después de un uso repetido de opioides, el cerebro desarrolla una adaptación a la droga, lo que resulta en una disminución de la sensibilidad y dificultad para experimentar placer con otras cosas que no sean la droga. Cuando una persona se vuelve adicta, su vida se ve dominada por la búsqueda y consumo de la droga.
Los efectos adversos del fentanilo pueden abarcar:
- Sensación de felicidad extrema
- Somnolencia
- Náuseas
- Confusión
- Estreñimiento
- Sedación
- Dificultades respiratorias
- Pérdida de conciencia
¿Qué está pasando en España?
Históricamente, el uso del fentanilo ha estado restringido como analgésico para el manejo del dolor, incluso en ese contexto ha sido rigurosamente controlado. Sin embargo, en 2021, el Ministerio de Sanidad tomó medidas preventivas al detectar la situación en Estados Unidos, con el objetivo de evitar un escenario similar en España.
El plan en el Consejo Interterritorial con el objetivo de optimizar el uso de los analgésicos opioides. Este plan consta de 19 medidas y un decálogo de recomendaciones. Una de las medidas implementadas es la introducción del visado para los nuevos tratamientos con fentanilo de liberación inmediata, con el propósito de garantizar un uso adecuado de esta sustancia.
Según la documentación del plan, se destaca que, aunque el fentanilo transdérmico en forma de parches de liberación lenta y efecto retardado es el más consumido, representando el 81% del total, se ha observado un aumento en el consumo de fentanilo de liberación inmediata. Esto ha generado una preocupación importante debido al uso indebido de esta forma de fentanilo, que se realiza fuera de las indicaciones autorizadas que se encuentran en las fichas técnicas.
Así, dentro de estas medidas, las formulaciones de fentanilo de acción ultrarrápida (aquellas que tienen un efecto más rápido) solo podían ser recetadas a pacientes con cáncer que experimentaban episodios de dolor agudo e intenso. Estos pacientes además debían obtener un visado especial para utilizar el fentanilo. Por otro lado, los pacientes restantes, incluyendo aquellos con dolor crónico severo, quedaron excluidos de esta opción de tratamiento.
Sin embargo, a pesar de las medidas implementadas en 2021, parece que no han tenido el efecto deseado. El principal partido político que respalda al Gobierno, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ha presentado una propuesta no vinculante en la Comisión Mixta sobre Adicciones. En esta propuesta, se insta al gobierno a continuar desarrollando estrategias de acción en colaboración con las comunidades autónomas para mejorar la utilización de los opioides, especialmente el fentanilo, así como para brindar una mayor información sobre los riesgos asociados con su consumo ilegal y abordar los problemas derivados del uso indebido, abuso y adicción a estas sustancias.
En España, los grupos más afectados por esta mortalidad eran hombres de mediana edad y mujeres mayores de 65 años, y la principal causa de muerte fue la intoxicación accidental. Aunque no parece probable que España enfrente una crisis por el uso excesivo de opioides, se reconoce que es un problema social que requiere una vigilancia sanitaria especial.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los opioides son responsables de más del 70% de las muertes relacionadas con el consumo de drogas a nivel mundial, y aproximadamente el 30% de estas muertes se deben a sobredosis. La OMS advierte que en varios países ha habido un aumento en el número de sobredosis de opioides en los últimos años, en parte debido al mayor uso de estas sustancias en el tratamiento del dolor crónico y al consumo de productos altamente potentes que se comercializan en el mercado ilícito.
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