Tres consejos para no perder la memoria al envejecer: "Si el azúcar en sangre sube y baja, el cerebro se llena de ruido y te cuesta concentrarte"

Desde dormir más de siete horas hasta caminar todos los días, son los hábitos que ayudarán al cerebro diariamente

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Memoria y envejecimiento
Memoria y envejecimiento / Pexels

Una de las mayores preocupaciones de la población son los problemas de memoria relacionados con el envejecimiento. En la edad adulta cercana a la vejez, se desarrollan enfermedades que afectan al cerebro como pueden ser la demencia, en la que se incluye el Alzheimer.

También, es más común que se produzcan accidentes cerebrovasculares, depresión y trastornos en el sueño. Los principales síntomas son la falta de memoria, pensamiento, lenguaje y otros deterioros en funciones cognitivas. Sin embargo, se puede ejercitar la memoria para ralentizar estos problemas e, incluso, eliminarlos por completo.

Cuáles son los tres consejos para no perder la memoria por el envejecimiento

Según el doctor Rodrigo Arteaga, médico cirujano experto en longevidad, estos tres consejos son vitales para mantener una memoria más fuerte durante el envejecimiento.

  • Camina todos los días: Cada paso ayuda a bombear mejor la sangre hacia el cerebro. Este proceso es característico porque lo llena de oxígeno y nutrientes. El aumento de flujo que se produce en el cerebro aumenta la producción de una proteína que se llama BDNF, encargada de que las neuronas se reparen y formen nuevas conexiones. Si, por el contrario, no nos movemos, este flujo baja y el hipocampo que es la zona del cerebro donde se guardan los recuerdos, se encoge. Así que la mente se vuelve mucho más lenta, haciendo que la memoria empeore. "Caminar no solo ejercita tus piernas, sino que mantiene tu cerebro vivo", añade el doctor.
  • Cuida tu glucosa: El exceso de picos de azúcar en sangre van dañando a largo plazo los vasos del cerebro y, por lo tanto, se provoca una inflamación que borra la claridad mental. Para ello, es bueno reducir la cantidad de panes blancos, las pastas, las harinas, los refrescos y los dulces. Esto no quiere decir que no se puedan comer, pero sí con moderación. Básicamente, porque si el azúcar en sangre sube y baja, el cerebro se llena de ruido y cuesta que nos concentremos. "Tu memoria necesita energía estable y no montañas rusas de azúcar", explica.
  • Duerme bien: Durante el sueño profundo, el cerebro limpia todos aquellos desechos y guarda los recuerdos del día. Así que la mejor opción es dormir durante siete horas por la noche para que este sistema siga funcionando correctamente. Si, por el contrario, duermes poco o tienes picos de vigilia, el cerebro no puede limpiar bien ni archivar como debería. "No se trata solo de descansar, sino que repara tu mente", aclara.

En qué se diferencian las enfermedades neurológicas de los trastornos neurológicos

Aunque se usen como términos similares, desde Sanitas aclaran que no tienen el mismo significado. Las enfermedades neurológicas son aquellas que tienen una causa estructural o degenerativa. Las más comunes son el Alzheimer y el Parkinson. Los trastornos neurológicos abarcan otras disfunciones generales como temblores benignos, cefaleas y alteraciones en el sueño.

Las enfermedades neurológicas pueden aparecer de forma repentina o ir avanzando de manera lenta. Afectan a millones de personas en todo el mundo y, cada una de ellas, cuenta con un tipo concreto que de tratamiento. Por ejemplo, el Alzheimer caracterizado por una pérdida de memoria progresiva, con importantes problemas de orientación, lenguaje y cambios conductuales, por el momento no tiene cura, aunque existen terapias que buscan ralentizar los efectos y buscar un bienestar en el paciente.

Estas enfermedades en personas mayores requieren un enfoque integral que combinen el diagnóstico precoz, un tratamiento personalizado y un acompañamiento constante.

Referencias bibliográficas:

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