El Palquillo

Monseñor Saiz: “En Roma llama la atención que en Sevilla tengamos 700 hermandades”

Diálogos de Cuaresma con monseñor Saiz (1) / José Luis Montero

De lo divino y de humano. Del inicio de la vocación, de la familia. De la importancia y la dificultad en la transmisión de la fe. Del magisterio de tres papa: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. De la vida en las hermandades. De la diócesis de Tarrasa, del traslado a Sevilla. Del gran congreso internacional de piedad popular y la gran procesión de clausura. Del turismo... De todo eso y de más cosas hablaron anoche el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses; y Carlos Navarro Antolín, subdirector de Diario de Sevilla, en el segundo de los Diálogos de Cuaresma organizados por la Fundación Cajasol. Fue una velada agradable y distendida en la que el arzobispos mostró esa cercanía y carácter afable que le ha llevado a ser comparado con Juan XXIII en más de una ocasión.

Los primeros compases de la charla fueron para la familia y el germen de la vocación sacerdotal. “¿Cómo surgió?”, preguntó el periodista. “Yo le comuniqué a mis padres con 9 años que quería ser sacerdote. Después de hacer la comunión. A mi madre tampoco le despertó mucho entusiasmo. Mi hermano estuvo en el de seminario y se salió. No me frenó pero tampoco me empujó. Luego lo vivió como un don de Dios inmenso. Es Dios quien me llama”. Esta vocación surge en el seno de una familia cristiana que reza el rosario después de la cena. “Eso se ha perdido”, lamentó el arzobispo que fue monaguillo en Sisante, su localidad de nacimiento, y que acudía a ayudar las monjas clarisas. “Allí hay una imagen de Jesús Nazareno de la Roldana. Lo he tenido en mi mesita de noche toda la vida”. Sobre la falta de vocaciones actuales, Saiz Meneses consideró que Dios sigue llamando a las personas, “pero hay problema de sordera. Hay ruido ambiental. Falta de cobertura, que se diría hoy”.

Carmen Ortiz, delegada territorial de Cultura; Francisco Vélez, presidente del Consejo; Carlos Navarro Antolín, la periodista Charo Padilla, presentadora del acto;monseñor Saiz; Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; Arturo Bernal, consejero de Turismo, Cultura y Deporte; y Ricardo Sánchez, delegado del Gobierno de la Junta. Carmen Ortiz, delegada territorial de Cultura; Francisco Vélez, presidente del Consejo; Carlos Navarro Antolín, la periodista Charo Padilla, presentadora del acto;monseñor Saiz; Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; Arturo Bernal, consejero de Turismo, Cultura y Deporte; y Ricardo Sánchez, delegado del Gobierno de la Junta.

Carmen Ortiz, delegada territorial de Cultura; Francisco Vélez, presidente del Consejo; Carlos Navarro Antolín, la periodista Charo Padilla, presentadora del acto;monseñor Saiz; Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; Arturo Bernal, consejero de Turismo, Cultura y Deporte; y Ricardo Sánchez, delegado del Gobierno de la Junta. / José Luis Montero

De Juan Pablo II dijo el arzobispo que ha sido el Papa de su juventud: “El Señor en cada momento de la historia nos da al papa que necesitamos”. Recordó una de sus audiencias apenas unos días antes de morir. Era el año 2004 y acudía ya como obispo de Tarrasa en la visita ad limina de los prelados de Cataluña: “En la audiencia estuve yo todo el tiempo hablando. Ya estaba muy malito. Le dije que mi madre tenía dos años menos que él. Le dije que rezaba un rosario diario por él cada día. Fue un papa total. Nos ha ofrecido un magisterio completísimo. Su trayectoria vital ha sido muy importante. Tiene una biografía impresionante”.

La situación en Cataluña

La tensión política en Cataluña, a la que los obispos también estaban expuestos, también salió a colación. “¿Está usted mejor en Sevilla?”. “Allí también estaba feliz. Los 17 años en Tarrasa han sido una delicia por construir una diócesis entre todos. Fue una experiencia muy bonita. Allí estaba muy bien, aquí estoy mejor”, sentenció. Tras reflexionar sobre una cuestión que inquieta al periodista, la vida después de la muerte, se lanza la pregunta que muchos se hacen. ¿Será cardenal?. “Sólo Dios lo sabe”. Tras esta respuesta escueta, monseñor Saiz hace una reflexión más profunda: “Es algo que no me preocupa. Yo he sido enviado aquí a servir no a ser servido. Procuro entregar mi vida. Si llega bien, sino llega, bien… no me quita el sueño”.

Antonio Pulido con monseñor Saiz Meneses. Antonio Pulido con monseñor Saiz Meneses.

Antonio Pulido con monseñor Saiz Meneses. / José Luis Montero

Para monseñor Saiz fue una sorpresa su nombramiento como arzobispo de Sevilla. Afronta su tercera cuaresma y Semana Santa en la sede de San Isidoro. Aquí se ha encontrado con algunos de los barrios más pobres de Europa. Los visitó en su primera semana. ¿Qué se puede hacer para revertir la situación? “Un arzobispo tiene que rezar que es la fuerza principal en la vida de la Iglesia. Seguimos en los rankings y es doloroso. Hay un nivel al que la Iglesia no puede llegar. Tendremos que mover los corazones. Recuerdo de aquellas visitas que a pesar de las dificultades en la miradas de aquellas personas había esperanza”.

El mundo de las hermandades

Las hermandades y cofradías, como no podía ser de otro modo, ocuparon una parte central de la charla. “Hago pedagogía sobre las cofradías si me preguntan. En Roma llama mucho la atención cuando digo que tenemos 700 hermandades”. El Papa Francisco es el pontífice que más ha cuidado y hablado de la piedad popular. El arzobispo no se ha privado de hablarle de la realidad sevillana en más de un encuentro. “Le he dicho que son realidad transversal como la misma iglesia. Eso le gustó”. Saiz destacó la naturalidad con la que se transmite la fe en las hermandades. Este es el caballo de batalla actual de la Iglesia. “El Papa ensalza siempre el dialecto materno. Cómo se las madres enseñan a sus hijos a decir papá y mamá, pero también Jesús o María”.

Un momento de la charla. Un momento de la charla.

Un momento de la charla. / José Luis Montero

Hablando de cofradías, una de las preguntas que había que hacerle al arzobispo estaba muy clara: “¿Nos estamos pasando con tantas procesiones?”. El arzobispo se remitió a la normativa diocesana: “Si cumple los criterios le tenemos que decir que sí. Nunca buscaré mi capricho y opinión. Hemos de buscar el bien pastoral de la Iglesia. Hay que tener una mente abierta, como dice el papa”. Una de las grandes procesiones que habrá este año será de la clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Monseñor Saiz no está de acuerdo con la afirmación de que eclipsará el evento en sí: “Sevilla es la capital mundial de la piedad popular. Su semana Santa es única e incomparable. Pensé que podríamos hacer un congreso mundial. Lo comenté con el presidente del Consejo y me dijo que había pensado una cosa parecida. Hace 25 años fue el primero”. Bromea el arzobispo con la expresión “la traca final” con la que se ha referido a la procesión en alguna ocasión: “Lo de la traca es cosa de periodistas pero también están llamados a la conversión”. El público aplaude el buen humor.

¿Somos difíciles los sevillanos?”, espetó Navarro Antolín. El arzobispo se lo piensa unos segundos. “Con ese silencio ya lo ha dicho...”. “Sólo puedo dar gracias a dios y a Sevilla. Mi conexión ha sido fluida y rápida”, afirmó.

Un momento de la charla. Un momento de la charla.

Un momento de la charla. / José Luis Montero

En el final de la charla dio tiempo para repasar otras cuestiones. ¿Se puede ser no creyente y hermano de una cofradía? “Cristo en la cruz de la vida por la salvación de todos. Una vez que formamos parte, hemos de cumplir el Evangelio y los mandamientos”. Monseñor Saiz reconoció que ve Twitter como una gran medio de evangelización. Afirmó que “no hay nada más parecido a un obispo que otro obispo. Luego están los acentos de cada uno”; volvió a insistir en que es necesario armonizar el turismo con la vida de los sevillanos; reconoció que no ha pensado en abrir el Patio de los Naranjos de nuevo; pasó de puntilla por la “ley seca” en la Madrugada; reveló que la comisión mixta entre Iglesia y Junta de Andalucía se ha retomado y dará sus frutos. Y reveló que la Fundación Cajasol será uno de los epicentros del Congreso de Hermandades y Piedad Popular: “Habrá una grandísima exposición en esta casa”.

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