Bajo los sones de su Agrupación Musical llegaba el misterio del Beso de Judas a la Campana. Desde su iglesia de Santiago, ya prácticamente terminada, Nuestro Padre Jesús de la Redención aceptaba resignadamente el beso de Judas, mecido, o mejor casi acunado por sus costaleros mientras llegaba a El Palquillo.
Una vez allí se ha rezado un padrenuestro dirigido por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses. "Las llamás muy corta y siempre andando con él de frente", mandaba el capataz, Francisco Guerrero, en su levantá.
Una hermandad que con el paso de los años se está haciendo cada vez con un patrimonio más importante. Como curiosidad, la antigua canastilla del paso de Cristo ha sido comprada por Bendición y Esperanza, la agrupación parroquial del Polígono Sur que se perfila como una de las próximas hermandades de vísperas.
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