Una provincia bajo el antifaz

La Semana Santa de Marchena: Huesos, saetas y un mandato

  • La localidad de la campiña posee la celebración religiosa más rica en costumbres y peculiaridades

  • Comienza con la Santa Caridad y concluye con las moleeras a la Virgen de la Soledad

Los tres pasos de la Hermandad de Jesús de Marchena en la Plaza Ducal, durante la celebración del Mandato.

Los tres pasos de la Hermandad de Jesús de Marchena en la Plaza Ducal, durante la celebración del Mandato. / D. S.

Si hay una localidad a la que hemos dedicado varios capítulos de la serie cuaresmal Reliquias de la provincia ésa es Marchena, un municipio cuya Semana Santa puede presumir de ser de las más ricas de Andalucía en costumbres y peculiaridades, de tener una personalidad propia que merece una visita cuando llegan los días de la pasión y muerte. Resultan innumerables los aspectos que le otorgan este rango. Tanto que necesitaría varios reportajes para glosarlos. A continuación, hacemos un resumen de los más destacados, con la intención de que el lector los apunte para cuando lleguen estas fechas en 2021.

La Semana Santa marchenera comienza con una Procesión de Huesos. Como lo leen. El domingo de palmas y olivos los hermanos de la Santa Caridad -a semejanza de como hacían los de la homóloga corporación en la capital sevillana- cumplen con sus reglas y recuerdan a todos aquellos seres a los que, por falta de recursos, esta corporación dio cristiana sepultura. En sus orígenes se trataba de personas que morían fuera de las murallas de la ciudad (de la que aún se conservan algunos lienzos en este municipio), entre los que se incluían los ajusticiados en extramuros.

La Hermandad de la Santa Caridad de Marchena convoca a todos sus miembros, en la Capilla de la Milagrosa, a las 12:45 del Domingo de Ramos. Tras leerse la letanía de los difuntos, sobre las 13:30, comienza la procesión, en la que participan los hermanos con traje oscuro, corbata negra, brazalete del mismo color y cirio azul. El ataúd con los huesos -del siglo XVIII y cubierto con un rico paño- es portado por cuatro personas que acaban de jurar las reglas de la corporación. Una hora después la comitiva llega a la parroquia de San Sebastián, donde se reza un responso por "los desamparados difuntos".

El Mandato

Comienza, así, una semana que los marcheneros viven con intensidad y en la que han sabido mantener peculiaridades y tradiciones alejadas de la influencia de la capital. De las muchas que han llegado a nuestros días conviene destacar el Mandato que protagoniza la Hermandad de Jesús Nazareno, al amanecer del Viernes Santo, en la Plaza Ducal. Se trata de un auto pasionista, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, según detalla el profesor de Historia del Arte Manuel Antonio Ramos en su libro El Mandato. Una catequesis plástica en Marchena. Esta representación tenía como fin explicar el martirio redentor de Jesucristo a una población que por aquel entonces sufría un alto grado de analfabetismo. En definitiva, se trataba de aprender a través del teatro, un recurso muy desarrollado durante el barroco. 

El auto pasionista tiene lugar en un plaza bastante característica: cerrada, con arcos y con el predominio de la cal. Hasta allí llegan la mañana del Viernes Santo los tres pasos de la cofradía. El primero es el de Jesús Nazareno, una interesante imagen cuyo rico ajuar se pudo contemplar el pasado invierno en una exposición celebrada en la sede central del Círculo Mercantil de Sevilla. El segundo es el de San Juan Evangelista y el último, el de la Virgen de las Lágrimas, una bella dolorosa, de Manuel Gutiérrez Cano, cobijada bajo el palio (azul y plata) que perteneció en su día a la cofradía sevillana de San Esteban.

Imagen de archivo de una mujer vestida de Verónica tras limpiarle el rostro a Jesús Nazareno. Imagen de archivo de una mujer vestida de Verónica tras limpiarle el rostro a Jesús Nazareno.

Imagen de archivo de una mujer vestida de Verónica tras limpiarle el rostro a Jesús Nazareno. / D. S.

Al del Nazareno lo escolta la centuria de romanos de la hermandad hasta dejarlo situado en mitad de la plaza. Allí el predicador recuerda la traición de Judas a Jesús y un soldado lee la sentencia por la se le condena a muerte. Entra en escena San Juan, que avisa a la Virgen del suplicio de su Hijo. Ambos pasos se adentran en la plaza y se escenifica el encuentro en la Calle de la Amargura. Después un niño encarna la Voz del Ángel, esto es, la sentencia buena por la que Dios condena a su Hijo a muerte para redimir la humanidad. Tras ello, una mujer vestida de Verónica se sube al paso del primer titular y limpia su rostro con un paño en el que quedará impregnado la faz de Cristo. El acto culmina con la bendición de Jesús (se trata de una imagen autómata) a todo el pueblo de Marchena. No se olviden de apreciar, si se acercan a esta localidad, los pasos que cuelgan del cuello de los nazarenos. Son lienzos pictóricos con escenas del Antiguo Testamento, la Pasión y los misterios marianos.

Las saetas

Y si algo caracteriza a la Semana Santa marchenera son sus saetas, un cante propio y apenas aflamencado, como se mantuvo este género hasta los albores del siglo XX. Su origen se debe, principalmente, a la orden franciscana, que tuvo dos conventos en este municipio; y su mantenimiento, a la Escuela de Saetas de la localidad, fundada por Roberto Narváez a mediados de los 80.

La Soledad de Marchena, con ráfaga y bajo palio metálico en la tarde del Sábado Santo. La Soledad de Marchena, con ráfaga y bajo palio metálico en la tarde del Sábado Santo.

La Soledad de Marchena, con ráfaga y bajo palio metálico en la tarde del Sábado Santo. / Diego Carmona

De esta oración hecha cante (y que interpreta el pueblo) existen 10 variedades, cada una dedicada a una hermandad distinta. De ellas hay que destacar las tres que van dirigidas a la Virgen de la Soledad, que cada Sábado Santo sale con ráfaga y bajo palio de metal (otra característica de Marchena). Antes de volver a su templo (el Castillo de la Mota) los devotos le cantan por carceleras, moleeras y cernicaleras hasta altas horas de la madrugada. Será ya Domingo de Resurrección y los marcheneros se felicitarán la Pascua.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios