La Hermandad de la Lanzada ha presentado esta tarde, en su Iglesia de San Martín de Tours, a su titular Nuestra Señora de Guía, que ha permanecido los últimos tres meses y medio en el taller del profesor Juan Manuel Miñarro. Previo a esta intervención se habían llevado a cabo dos informes, en 2008 y durante la Semana Santa de 2019.

Según Miñarro, el objetivo prioritario ha sido la eliminación de las diferentes pátinas y veladuras pertenecientes a la restauración llevada cabo por José Rivero Carrera en el año 1982 "una vez que comprobamos, tras el la exploración científica y el programa de diversas catas, que la imagen conservaba una encarnadura bien conservada y no de mala calidad".

La encarnadura hallada bajo veladuras y repintes podría ser la aplicada por el restaurador Rivero Carrera, cuyo informe quedó incompleto, sin embargo "lo hallado coincide con técnica y aspectos cromático con otras obras de Antonio Illanes", aplicada en 1971. En el nuevo informe se indica que "los dientes tallados por Illanes  estaban pintados de oscuro en un intento extraño de hacerlos invisibles". Por otro lado, se ha podido comprobar que los ojos de cristal originales fueron "eliminados en el año 1982 por una vía de abordaje visible por el cráneo, por la cual existió abordaje al interior sin abrir la mascarilla, siendo sustituidos por un relleno de pasta".

En otro plano queda la limpieza y eliminación de las capas de color en manos, rostro y cuello. "Como es normal tras la limpieza procedimos a la reintegración de la pérdidas o lagunas de aparejo y encarnadura, a la cristalización de los ojos pintados, a la renovación de las pestañas y de las lágrimas", explica Miñarro. En cuanto es estructura, se ha procedido a reforzar el sistema de fijación del candelero al paso y se ha procediendo la renovación de articulaciones, mediante nuevos juego brazos torneados en madera de sapelli, e implementados con los modernos sistemas de rótulas y muelles de presión ajustables.

Primer plano de la Virgen de Guía tras ser restaurada

"La imagen de la Virgen de Guía ha recuperado en gran parte el aspecto que tuvo que haberle dado Antonio Illanes en el año 1971, fecha con la cual dejo  inscrita su firma en la parte posterior del cuerpo", concluye no sin antes subrayar que con su intervención ha querido "rendirle un cumplido homenaje a la memoria de Antonio Illanes, con una obra con la cual, según reza en la historia de la hermandad, nunca tuvo un éxito claro, siendo fruto incluso de repetidas controversias, las cuales espero que a partir de ahora queden zanjadas.