El tiempo

La Aemet prevé que las lluvias de primavera se concentren en abril y mayo

Paraguas en un Lunes Santo lluvioso.

Paraguas en un Lunes Santo lluvioso. / Antonio Pizarro

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no quiere pillarse los dedos a la hora de pronosticar el tiempo para la Semana Santa. Cualquier predicción que se haga a más de 10 días carece de fiabilidad para el ente estatal, de ahí que sólo se hable de "posibles escenarios" y de porcentajes para toda la primavera. Todo apunta a que esta estación sea en 2023 más calurosa y húmeda de lo habitual, unas precipitaciones que se concentrarán en abril y mayo, por lo que la fiesta religiosa quedaría afectada por la inestabilidad meteorológica. 

Juan de Dios del Pino, delegado territorial de la Aemet en Andalucía, Ceuta y Melilla, lo ha dejado claro este viernes antes de comenzar la rueda de prensa en la que se ha dado a conocer el balance meteorológico del invierno y la predicción para la primavera. "De la Semana Santa no voy a hablar", ha dado por sentado ante la decena de periodistas que se han dado cita en la sede de la subdelegación del Gobierno, en la torre norte de la Plaza de España. 

Tras detallar el comportamiento del invierno en Andalucía, ha avanzado las líneas generales de la primavera de 2023. Para hacer esta predicción se basan en cálculos realizados a partir del estudio de distintos escenarios propios de dicha estación. De esta fórmula se deduce un tercil, que se traduce en un porcentaje de probabilidad. En el caso de Andalucía occidental, se vaticina una primavera con un 40% de probabilidad que sea más cálida de lo habitual, un 35% que sea normal y un 25% que sea más fría. En cuanto a las lluvias, tales cifras se reparten del siguiente modo: 40% (húmeda), 35% (normal) y 25% (seca). 

Una primavera más húmeda de lo normal

Según Del Pino, si se suman los dos porcentajes principales, se puede afirmar que "la primavera será normal o más húmeda de lo habitual", aunque en ella prevalece la probabilidad de que las lluvias se conviertan en protagonistas. En este punto, el delegado de la Aemet sí hace un vaticinio: ante el hecho de que marzo ha sido seco, se espera que estas precipitaciones se concentren en abril y mayo. Y hasta ahí, por prudencia y profesonalidad, su vaticinio. Ni siquiera ha avanzado una predicción para abril, cuando se celebran en Sevilla la Semana Santa y la Feria. "No pronosticamos a más de 10 días", insiste ante las preguntas de los periodistas.

A ello debe añadirse la dificultad de prever cómo será el tiempo en la primavera que, a diferencia del invierno (en el que abundan las borrascas que pueden pronosticarse hasta con 10 días de antelación), prevalecen chubascos en forma de Dana o gota fría que no se pueden vaticinar con tanto adelanto, de hecho hay veces que se confirman horas antes de producirse. "De ahí que algunas cofradías que vienen de barrios alejados salgan por la mañana y luego les llueva por la tarde, en mitad del recorrido, al no tratarse de borrascas", ha puesto de ejemplo este meteórologo.

Lluvias para el 24 y 25 de marzo

Aunque el tiempo que hará para la celebración religiosa es uno de los temas más buscados en internet, lo único que se atreve a adelantar es la meteorología para el fin de semana en el que tendrá lugar el Pregón de la Semana Santa, el del 25 y 26 de marzo. Del Pino ha detallado que para el viernes 23 y el sábado siguiente se esperan precipitaciones "débiles", que podrían marcar unas jornadas en las que varias hermandades celebran cultos externos, como el vía crucis de la Exaltación (que este año visitará la iglesia de los Gitanos) o el del Cristo de Burgos. 

Habrá que esperar a la próxima semana para contar ya con predicciones certeras para las jornadas previas al Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión, cuando hacen estación de penitencia las cofradías de vísperas. Por ahora, todo lo que la Aemet ofrece es un tercil que prevé un abril lluvioso. 

Por otro lado, Del Pino, en el balance del invierno, ha destacado que el pasado mes de diciembre fue el más caluroso desde 1961. Un periodo en el que se registraron lluvias "persistentes y no muy intensas" en la primera quincena, que paliaron en parte la situación de sequía que sufren los embalses.  

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