Así fue el Vía Crucis con el Cristo de las Siete Palabras por la feligresía de San Vicente
Este culto externo fue incluido en la reforma de Reglas de la corporación
Hizo estación en lugares como la Capilla del Museo, la Hermandad de Vera Cruz o las Esclavas
Las Siete Palabras pide al Consejo que retire su propuesta para el Miércoles Santo
This browser does not support the video element.
El Santísimo Cristo de las Siete Palabras recorrió anoche la feligresía de San Vicente rezando el solemne Vía Crucis, un culto externo que se añade al calendario cofradiero de la ciudad por primera vez desde 1965 tras la reforma de Reglas que acometió recientemente la corporación de San Vicente.
La imagen salió tras la misa de las ocho y media. El Cristo se dispuso sobre unas andas en orientación diagonal (como el Cristo de la Expiración del Museo en el Vía Crucis de las Hermandades), lo que facilitó la contemplación de esta extraordinaria talla de nuestra Semana Santa. En un rezo que duró aproximadamente algo más de una hora, visitó enclaves como la Capilla del Museo, la Capilla de las Mercedes, la Capilla del Dulce Nombre de Jesús o las Esclavas, donde se rezaron algunas de las estaciones. La imagen permanecerá expuesta en devoto besapié durante todo el fin de semana, por lo que se suma a la agenda cofradiera de estos días. Compartimos este vídeo de El Penitente donde observamos el recorrido del Vía Crucis por las calles Baños y Jesús de la Vera Cruz. Estuvo acompañado musicalmente por la Coral Polifónica "Jesús Despojado" y una capilla musical de la banda de música del Carmen de Villalba del Alcor, que cada Miércoles Santo interpreta sus marchas tras el palio de la Virgen de la Cabeza. Todo un acierto, sin duda, por parte de esta hermandad, que atesora uno de los conjuntos procesionales más singulares y propios de la Semana Santa sevillana.
El Cristo de las Siete Palabras
En 1682 la Hermandad del Cristo de la Sangre, Virgen de la Candelaria y San Juan Bautista, residente en la iglesia de San Francisco de Paula, contrata con el imaginero Felipe Martínez la realización de un crucificado, junto a las imágenes de los cuatro doctores de la iglesia y un paso para representar el misterio alegórico titular de la hermandad. Esta corporación decayó en su actividad hasta extinguirse y en 1844 Félix González de León señala que el único crucificado que existía en dicha iglesia (actualmente llamada del Sagrado Corazón de Jesús, en la calle Jesús del Gran Poder) era el de la mencionada hermandad.
En 1868 ese templo fue suprimido por la Junta Revolucionaria, llevándose sus bienes al convento de Madre de Dios para su distribución por distintos templos. Entre ellos se encontraba la imagen del Cristo, que fue solicitado para su oratorio privado por José María Cisneros y Lanuza, concediéndosele el 11 de diciembre del indicado año. Entonces sería restaurado por el imaginero Emilio Pizarro Cruz.
Al fallecimiento de José María Cisneros, su hijo Honorio no se llevó a la imagen consigo, que quedó en el domicilio paterno. Conocido el hecho por Pizarro, lo puso en conocimiento de la hermandad, que se veía precisada de adquirir una imagen de mejor hechura que la que antes tenía, realizada con la técnica del papelón y había precisado de varias restauraciones. Desde 1875 la hermandad realizó diversas peticiones al arzobispado para la cesión en calidad de depósito de la imagen, contando con la oposición de Honorio Cisneros, aunque finalmente el 31 de octubre de 1881 le fue notificada la cesión, siendo llevado a San Vicente.
No hay comentarios